Bancos Nacionales Europeos
El Banco Central Europeo (BCE), con sede en Fráncfort, es el banco central responsable de la moneda única europea, el euro. Está en el centro del Eurosistema, que comprende el BCE y los bancos centrales nacionales de los 19 países que han adoptado el
Bancos Nacionales Europeos
Este artículo es una expansión del contenido de la información sobre derecho internacional económico en esta revista de derecho empresarial. Examina el concepto y todo sobre los bancos nacionales europeos. Te explicamos, en el contexto del derecho económico internacional, qué es, sus características y contexto.
El Banco Central Europeo
El Banco Central Europeo (BCE), con sede en Fráncfort, es el banco central responsable de la moneda única europea, el euro. Está en el centro del Eurosistema, que comprende el BCE y los bancos centrales nacionales de los 19 países que han adoptado el euro. El Banco Central Europeo (véase más sobre este banco nacional en la presente plataforma online) es responsable de la política monetaria de la zona del euro, es decir, de regular los tipos de interés y la cantidad de dinero en circulación. Está en el centro del Eurosistema, que comprende el BCE y los bancos centrales nacionales de los 19 países que han adoptado el euro. El BCE es la única institución verdaderamente federal de la Unión Europea.
Bancos Nacionales Europeos
Como ejemplo, se ofrece aquí el caso suizo. Fundado en 1905, el Banco Nacional Suizo (BNS) empezó a funcionar en 1907. La mayoría de los demás países europeos fundaron sus bancos centrales (a veces transformando una institución privada) durante el siglo XIX: Francia en 1800 (Banque de France), Austria en 1816 (Privilegierte Österreichische Notenbank), Alemania en 1875 (Reichsbank) e Italia en 1893 (Banca d'Italia). Suiza fue uno de los últimos países industrializados, junto con Estados Unidos, cuyo Sistema de la Reserva Federal data de 1913, en crear una institución de este tipo.
Disposiciones legales y organización
La Ley del Banco Nacional de 1905 fue completamente revisada en 1921, 1953 y 2003. Según la Constitución Federal de 1999, el BNS debe aplicar "una política monetaria al servicio de los intereses generales del país". Esto significa, en primer lugar, garantizar la "estabilidad de precios" y, en segundo lugar, cumplir una función estabilizadora en términos de política económica. De acuerdo con este mandato constitucional, y a la vista de las tendencias actuales de los mercados financieros y de las relaciones cambiarias internacionales, las principales actividades del BNS son suministrar liquidez al mercado del franco suizo, garantizar el suministro de billetes y monedas, asegurar y facilitar el sistema de pagos sin efectivo, gestionar las reservas de divisas y contribuir a la estabilidad del sistema financiero. La independencia del BNS se recoge explícitamente en la Ley de 2003. Como contrapartida, el BNS tiene el deber de informar y rendir cuentas, con el fin de legitimar democráticamente la política monetaria de los expertos. En virtud de sus poderes, el BNS puede obligar a los distintos agentes de la economía, especialmente a los bancos, a comportarse de forma que favorezca una política de estabilidad monetaria. Para garantizar que los sistemas de pago y liquidación de valores funcionen lo mejor posible, coordina sus actividades con la Comisión Federal de Bancos Suizos, que en 2009 se fusionó con la Oficina Federal de Seguros Privados y la Autoridad de Control contra el Blanqueo de Dinero para formar la Autoridad Suiza de Supervisión de los Mercados Financieros (Finma). El papel del BNS como órgano ejecutivo de la Confederación en los acuerdos de cooperación monetaria entre Estados se rige por una serie de leyes complementarias. Como en el pasado, el BNS está obligado a mantener las reservas de divisas que considere necesarias para el desempeño de sus funciones. Los beneficios de estas reservas se distribuyen entre la Confederación (un tercio) y los cantones (dos tercios). Con la nueva ley, los órganos de gobierno del BNS se han reducido de siete a cuatro: la Junta General de Accionistas, el Consejo del Banco, el Comité Ejecutivo y los Auditores. El banco central suizo no es una emanación del Estado, sino una sociedad anónima regida por una ley especial, cuyas acciones cotizan en bolsa. No obstante, como institución de derecho público, es "administrado con el apoyo y bajo la supervisión de la Confederación". Sólo pueden ser accionistas los ciudadanos suizos y los organismos públicos, así como las personas jurídicas domiciliadas en Suiza. La sede jurídica y administrativa se encuentra en Berna, mientras que el domicilio social está en Zúrich. La administración central se divide entre Berna (un departamento) y Zúrich (dos departamentos). Los órganos de supervisión y control de la sociedad anónima son la Junta General de Accionistas (en la que los cantones, los bancos cantonales y otros organismos públicos tienen mayoría) y el Consejo del Banco (reducido de cuarenta a once miembros). El Consejo Federal nombra a los miembros de la dirección y a los representantes en el Consejo, y debe aprobar los principales informes y decisiones. La Asamblea Federal debe aprobar las decisiones de la Junta General relativas a los ajustes del capital social. Sin embargo, los órganos políticos no tienen derecho a dar instrucciones, por lo que el GEN no puede quedar reducido a un banquero subordinado del Estado.
Presidencia de la Junta de Gobierno y del Consejo Bancario del Banco Nacional Suizo
Esta es una lista parcial de quienes han ocupado el cargo de presidente de la Junta de Gobierno y del Consejo Bancario del Banco Nacional Suizo, listando el mandato de la Junta de Gobierno y junto a ello el mandato del Consejo Bancario: Heinrich Markus Kundert 1907-1915 Johann Daniel Hirter 1906-1923 August BurckhardtA 1915-1924 Paul Emil Usteri 1923-1927 Gottlieb Bachmann 1925-1939 Alfred Sarasin 1927-1935 Ernst Weber 1939-1947 Gustav Schaller 1935-1939 Paul Victor Keller 1947-1956 Gottlieb Bachmann 1939-1947 Walter Schwegler 1956-1966 Alfred Müller 1947-1959 Edwin Stopper 1966-1974 Brenno Galli 1959-1978 Fritz Leutwiler 1974-1984 Edmund Wyss 1978-1986 Pierre Languetin 1985-1988 François Schaller 1986-1989 Markus Lusser 1988-1996 Peter Gerber 1989-1993 Hans Meyer 1996-2000 Jakob Schönenberger 1993-1999 Jean-Pierre Roth 2001-2009 Eduard Belser 1999-2002 Philipp Hildebrand 2010-2011 Hansueli Raggenbass 2002-2012 Thomas Jordan 2012- Jean Studer 2012-2019 Barbara Janom Steiner 2019- A Tras su muerte, presidencia vacante hasta mediados de julio de 1925
Evolución histórica
En la segunda mitad del siglo XIX, la necesidad de una institución central capaz de llevar a cabo las tareas de política monetaria y regulación del crédito fue ganando terreno. Aunque el Estado federal creó una moneda única en el marco de las reformas de 1850-1851, su política en este ámbito siguió dependiendo del exterior. Como miembro de la Unión Monetaria Latina, Suiza era de hecho una provincia monetaria de Francia desde 1865. La Banque de France desempeñaba prácticamente el papel de banco central. En estas condiciones, las irregularidades en el suministro de liquidez provocaron constantes dificultades. La grave crisis monetaria que siguió a la guerra franco-prusiana de 1870-1871 fomentó el uso generalizado del papel moneda. Como consecuencia, los partidarios de la creación de un banco central ganaron terreno y en 1874 se concedió a la Confederación el derecho a legislar en este ámbito. Los persistentes problemas de abastecimiento de efectivo (las monedas de plata se drenaban a Francia) y la falta de elasticidad en la circulación de billetes llevaron a la adopción en 1891 del Artículo 39 revisado de la Constitución, relativo al monopolio de los billetes. Sin embargo, la aplicación legislativa fue laboriosa y discutida. El proyecto del Consejo Federal de crear un "Banco de la Confederación Suiza" (un banco estatal) fracasó en 1897 tras un referéndum popular. Hubo que esperar hasta 1905 para encontrar una solución de compromiso, reflejo de la creciente influencia de las asociaciones empresariales, en particular la Unión Suiza de Comercio e Industria. El derecho a emitir billetes se transfirió de los 36 bancos emisores al Banco Nacional Suizo, que pasó a ostentar el monopolio. La ley estipulaba que el respaldo en oro de los billetes en circulación debía ser como mínimo del 40% de su valor (patrón oro), lo que reflejaba una actitud comercial conservadora y el deseo de tener una moneda fuerte. Al estallar la Primera Guerra Mundial, se suspendió la obligación de canjear los billetes de oro. El Banco Nacional de Suiza tuvo que cubrir el rápido aumento de las necesidades monetarias de la Confederación mediante la recompra de letras del Tesoro (a corto plazo); como se basaba en la doctrina entonces dominante de los efectos reales, se vio sorprendido por la elevada inflación. La paridad del oro se restableció de facto en 1925 y formalmente en 1929, pero la libre convertibilidad volvió a suspenderse cuando se devaluó el franco suizo (un 30%) en 1936, y luego se abolió mediante la Ley Federal de 1953. Durante la Segunda Guerra Mundial, el BNS se hizo cargo de reservas de oro de los Aliados por valor de 2.900 millones de francos suizos (de los cuales sólo alrededor de un tercio representaban servicios financieros reales) y de 1.600 millones de francos suizos del Reichsbank ("oro nazi"), lo que correspondía a más de tres cuartas partes de todas las ventas alemanas al extranjero. El SNB no hizo caso de la advertencia de los Aliados, por lo que se vio obligado a pagar una indemnización de 250 millones de CHF a los tres vencedores occidentales en virtud del Acuerdo de Washington. A partir de 1996, la cuestión de las transferencias de oro dio lugar a un debate internacional sobre el papel del BNS. En la posguerra, las operaciones tradicionales de descuento y pignoración de títulos (crédito lombardo) perdieron parte de su importancia, evolución apenas compensada por el desarrollo de otros medios de acción, como la política de mercado abierto y la fijación de reservas mínimas para los bancos. Los controles sobre la emisión de moneda y los tipos de cambio (abolidos en 2003) también resultaron cada vez menos eficaces tras la transición a la convertibilidad de la moneda (1958). Hasta principios de la década de 1970, bajo el régimen de tipo de cambio fijo, el BNS tenía que comprar divisas extranjeras en cantidades ilimitadas. La afluencia de capital extranjero a Suiza impulsó un fuerte crecimiento inflacionista de la masa monetaria.
Flujos monetarios y problemas actuales
Tras el colapso del sistema de Bretton Woods y la transición de los tipos de cambio fijos a los flotantes en 1973, el BNS recuperó temporalmente la influencia en el ámbito de la política monetaria. A mediados de los años setenta se hicieron patentes dos problemas en particular. Por un lado, la crisis económica estructural amplificó el conflicto de intereses entre Suiza como centro financiero y como centro industrial. Las incertidumbres asociadas a la crisis económica de mediados de los años setenta provocaron una subida del valor del franco suizo, lo que animó a las grandes empresas suizas a internacionalizarse y agravó los problemas de la industria exportadora. El SNB fue objeto de críticas en la política suiza, sobre todo por parte de los sindicatos. A finales de los años 70, para frenar la presión alcista sobre el franco, los guardianes de la moneda fijaron un tipo mínimo frente al marco alemán; en 2011 harán lo mismo frente al euro. Por otra parte, el margen de maniobra del BNS en materia monetaria, que se había ampliado cuando se introdujeron los tipos de cambio flotantes, pronto volvió a estrecharse. Como economía abierta, Suiza no podía aislarse de la evolución de Europa y del resto del mundo. La globalización de los mercados financieros puso estrechos límites a las políticas nacionales de los bancos centrales. La cooperación supranacional se vio reforzada sobre todo por las crisis de los mercados financieros. Desde la adhesión de Suiza a las instituciones de Bretton Woods en 1992, el Departamento Federal de Finanzas y el BNS comparten las responsabilidades resultantes. La introducción de la moneda única europea impuso al BNS un entorno monetario completamente nuevo en el cambio de milenio. En la nueva Constitución Federal de 1999, se derogaron todas las disposiciones relativas a la paridad del oro del franco suizo (sistema monetario, obligación de canjear los billetes, cobertura de los billetes en circulación). La revalorización de los activos del BNS permitió vender la mitad de las reservas de oro (1.300 toneladas) entre 2000 y 2005 por unos 19.000 millones de francos. Este fondo especial iba a destinarse inicialmente a una Fundación Suiza de Solidaridad; al final, tras un encarnizado debate político, se asignó a la Confederación y a los cantones según la fórmula habitual de reparto de beneficios. Suiza ha logrado modernizar su política monetaria y reestructurar su Banco Nacional. Las exigencias a las que se enfrenta en materia de política cambiaria y monetaria dependen en gran medida de cómo evolucionen el euro y la economía mundial. Revisor de hechos: Helv
Regulación sobre Bancos nacionales
Asunto: regulacion.