Condiciones Sanitarias
Edwin Chadwick (1800-1890) desempeñó un papel activo en el intento de reformar las condiciones de los trabajadores pobres en Inglaterra. Participó en muchas comisiones e investigaciones hasta que un brote de tifus y gripe obligó al Parlamento a buscar
Condiciones Sanitarias
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Informe de Chadwick sobre las condiciones sanitarias
Edwin Chadwick (1800-1890) desempeñó un papel activo en el intento de reformar las condiciones de los trabajadores pobres en Inglaterra. Participó en muchas comisiones e investigaciones hasta que un brote de tifus y gripe obligó al Parlamento a buscar respuestas.
Chadwick fue nombrado jefe de una comisión que investigó la relación entre las enfermedades y las sucias condiciones sanitarias de la mayoría de las ciudades. El informe, publicado en 1842, es un proyecto de salud pública e incluye recomendaciones sobre agua potable, mejor saneamiento y limpieza. He aquí un extracto seleccionado del Informe de los Comisionados de la Ley de Pobres sobre una investigación de las condiciones sanitarias de la población trabajadora de Gran Bretaña (Londres, 1842). Se trata de una traducción propia mejorable. "Después de un examen tan cuidadoso de las pruebas recogidas como me ha sido posible, me permito recapitular las principales conclusiones que dichas pruebas me parecen establecer. En primer lugar, en cuanto a la extensión y funcionamiento de los males que son objeto de esta investigación:-- Que las diversas formas de enfermedades epidémicas, endémicas y de otro tipo causadas, o agravadas, o propagadas principalmente entre las clases trabajadoras por las impurezas atmosféricas producidas por la descomposición de sustancias animales y vegetales, por la humedad y la suciedad, y por las viviendas cerradas y superpobladas, prevalecen entre la población en todas las partes del reino, ya sea que vivan en casas separadas, en aldeas rurales, en ciudades pequeñas, en las ciudades más grandes - como se ha encontrado que prevalecen en los distritos más bajos de la metrópoli. Que tal enfermedad, dondequiera que sus ataques sean frecuentes, se encuentra siempre en conexión con las circunstancias físicas arriba especificadas, y que cuando esas circunstancias se eliminan mediante el drenaje, la limpieza adecuada, una mejor ventilación y otros medios para disminuir la impureza atmosférica, la frecuencia e intensidad de tal enfermedad se reduce; y donde la eliminación de los organismos nocivos parece ser completa, tal enfermedad desaparece casi por completo. Que la gran prosperidad en cuanto a empleo y salarios, y la alimentación variada y abundante, no han eximido a las clases trabajadoras de los ataques de enfermedades epidémicas, que han sido tan frecuentes y mortales en los períodos de prosperidad comercial y manufacturera como en cualquier otro. Que la formación de todos los hábitos de limpieza se ve obstaculizada por el suministro defectuoso de agua. Que la pérdida anual de vidas a causa de la suciedad y la mala ventilación es mayor que la pérdida por muerte o heridas en cualquier guerra en la que el país haya participado en los tiempos modernos. Que de los 43.000 casos de viudedad, y 112.000 casos de orfandad indigente aliviados de las tasas de los pobres sólo en Inglaterra y Gales, parece que la mayor proporción de muertes de los cabezas de familia se produjeron por las causas especificadas anteriormente y otras removibles; que sus edades eran inferiores a los 45 años; es decir, 13 años por debajo de las probabilidades naturales de vida como muestra la experiencia de toda la población de Suecia. Que las pérdidas públicas derivadas de las muertes prematuras de los cabezas de familia son mayores de lo que puede representar cualquier enumeración de las cargas pecuniarias derivadas de su enfermedad y muerte. Que, midiendo la pérdida de capacidad de trabajo entre las grandes clases por los casos de ganancia, incluso por los arreglos incompletos para la eliminación de las influencias nocivas de los lugares de trabajo o de las moradas, que esta pérdida no puede ser inferior a ocho o diez años. Que los estragos de las epidemias y otras enfermedades no disminuyen sino que tienden a aumentar la presión de la población. Que en los distritos donde la mortalidad es mayor, los nacimientos no sólo son suficientes para reemplazar los números eliminados por la muerte, sino que aumentan la población. Que la población más joven, criada bajo organismos físicos nocivos, es inferior en organización física y salud general a una población preservada de la presencia de tales organismos. Que la población así expuesta es menos susceptible a las influencias morales, y los efectos de la educación son más transitorios que en una población sana. Que estas circunstancias adversas tienden a producir una población adulta efímera, improvidente, imprudente e intemperante, y con avidez habitual por las gratificaciones sensuales. Que estos hábitos conducen al abandono de todas las comodidades y decencias de la vida, y especialmente conducen al hacinamiento de sus hogares, que es destructivo para la moralidad así como para la salud de grandes clases de ambos sexos. Que la defectuosa limpieza de las ciudades fomenta hábitos de la más abyecta degradación y tiende a la desmoralización de un gran número de seres humanos, que subsisten gracias a lo que encuentran en medio de la nociva suciedad acumulada en calles y lugares secundarios descuidados. Que los gastos de las obras públicas locales son, en general, desigual e injustamente tasados, opresiva y antieconómicamente recaudados, por cobros separados, despilfarrados en operaciones separadas e ineficientes por funcionarios no calificados y prácticamente irresponsables. Que la ley existente para la protección de la salud pública y la maquinaria constitucional para reclamar su ejecución, como las Cortes Leet, han caído en desuso, y se encuentran en el estado indicado por la prevalencia de los males que estaban destinados a prevenir. En segundo lugar. En cuanto a los medios por los que se puede mejorar la actual condición sanitaria de las clases trabajadoras:-- Las medidas primarias y más importantes, y al mismo tiempo las más practicables, y dentro del ámbito reconocido de la administración pública, son el drenaje, la eliminación de todos los desechos de las viviendas, las calles y los caminos, y la mejora del suministro de agua. Que los principales obstáculos para la eliminación inmediata de los desechos en descomposición de las ciudades y viviendas han sido los gastos y las molestias del trabajo manual y del transporte necesario para ello. Que este gasto puede reducirse a una vigésima parte o a una trigésima parte, o hacerse insignificante, mediante el uso de agua y de medios de eliminación que actúen por sí mismos a través de alcantarillas y desagües mejorados y más baratos. Que los desechos, cuando se mantienen en suspensión en el agua, pueden ser transportados a cualquier distancia fuera de las ciudades de la manera más barata e inofensiva, y también en la mejor forma para el uso productivo, y que se pueden evitar las pérdidas y los daños por la contaminación de las corrientes naturales. Que para todos estos propósitos, así como para el uso doméstico, son absolutamente necesarios mejores suministros de agua. Que para un drenaje exitoso y económico es necesaria la adopción de áreas geológicas como base de las operaciones. Que los arreglos científicos apropiados para el drenaje público ofrecerían importantes facilidades para el drenaje privado de las tierras, lo cual es importante para la salud así como para el sustento de las clases trabajadoras. Que el gasto del drenaje público, del suministro de agua en las casas y de los medios para mejorar la limpieza sería una ganancia pecuniaria, al disminuir las cargas existentes que conllevan las enfermedades y la mortalidad prematura. Que para proteger a las clases trabajadoras y a los contribuyentes contra la ineficacia y el despilfarro en todas las nuevas disposiciones estructurales para la protección de la salud pública, y para asegurar la confianza del público en que el gasto será beneficioso, deben tomarse medidas para que todas las nuevas obras públicas locales sean concebidas y dirigidas por funcionarios responsables y calificados por la posesión de la ciencia y la habilidad de los ingenieros civiles. Que la opresión e injusticia de los gravámenes por la totalidad de los desembolsos inmediatos de tales obras sobre personas que sólo tienen un corto interés en los beneficios puede evitarse mediante el cuidado de repartir el gasto en períodos que coincidan con los beneficios. Que por medio de arreglos apropiados, podría ahorrarse el 10 o el 15 por ciento de los gastos ordinarios de drenaje, lo cual, según una estimación de los gastos de las alteraciones estructurales necesarias de sólo un tercio de los arrendamientos existentes, supondría un ahorro de un millón y medio de libras esterlinas, además de la reducción de los gastos futuros de gestión. Que para la prevención de la enfermedad ocasionada por la ventilación defectuosa y otras causas de impureza en los lugares de trabajo y otros lugares donde se reúnen grandes cantidades, y para la promoción general de los medios necesarios para prevenir la enfermedad, que sería una buena economía nombrar un oficial médico de distrito independiente de la práctica privada, y con las seguridades de las calificaciones y responsabilidades especiales para iniciar las medidas sanitarias y reclamar la ejecución de la ley. Que mediante la combinación de todos estos arreglos, es probable que el período completo de vida asegurable indicado por las tablas suecas; es decir, un aumento de 13 años por lo menos, pueda extenderse a la totalidad de las clases trabajadoras. Que la consecución de estas y otras ventajas colaterales de la reducción de las cargas y gastos existentes, están dentro del poder de la legislatura, y dependen principalmente de las seguridades tomadas para la aplicación de la ciencia práctica, la habilidad y la economía en la dirección de las obras públicas locales. Y que la eliminación de las circunstancias físicas nocivas, y la promoción de la limpieza cívica, doméstica y personal, son necesarias para mejorar la condición moral de la población; ya que la sana moralidad y el refinamiento en los modales y la salud no se encuentran por mucho tiempo en coexistencia con los hábitos sucios entre cualquier clase de la comunidad." 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