Crédito en la Doctrina Social Cristiana
Este artÃculo es una expansión del contenido de la información sobre derecho financiero, en esta revista de derecho corporativo. Aparte de ofrecer nuevas ideas y consejos clásicos, examina el concepto y los conocimientos necesarios, en el marco de los aspectos jurÃdicos financieros, sobre este tema. Te explicamos, en relación a los principios, prácticas y normas jurÃdicas financieras y bancarias, qué es, sus caracterÃsticas y contexto.
Crédito en la Doctrina Social Cristiana en Relación a EconomÃa de Finales del Siglo XX
En este contexto, a efectos históricos puede ser de interés lo siguiente: [1] Para que la polÃtica crediticia tenga un verdadero sentido social hace falta que lo sean sus fines y su estructura y, sobre todo, que tenga también sentido social la polÃtica económica general, ya que la polÃtica crediticia no es más que una parte de ésta.
En la doctrina pontificia se encuentran referencias a los fines de la polÃtica crediticia, aun sin nombrarla. No ocurre lo mismo en cuanto a su estructura (coste de los crédito, plazos, garantÃas, instituciones que los conceden, destinatarios) debido, más que nada, a la naturaleza puramente técnica de ésta cuestión que, sin embargo, debe ser adaptada a los fines, ya que podrÃa darse el caso, más frecuente de lo que a primera vista parece, de que no puedan alcanzarse los objetivos debido a una deficiente estructura del sistema. Contemplando esta faceta del problema, puede ocurrir que los volúmenes de crédito a conceder y los costes y plazos a que deban ser entregados, siempre de acuerdo con la finalidad que se pretende y las posibilidades de los beneficiarios, no sean interesantes como inversión para los poseedores del dinero, siendo necesario, por tanto, una decidida reglamentación por parte del Estado, bien obligando a determinadas instituciones a conceder tales crédito, según una proporción determinada (concediendo compensaciones fiscales o de otro tipo) o bien encauzando esta clase de operaciones a través de organismos oficiales.
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De todas maneras conviene no olvidar que la polÃtica crediticia, social o no, tiene unos claros lÃmites marcados por las posibilidades económicas del paÃs, es decir, no se puede, bajo pretextos sociales, lanzar al paÃs a una inflación incontrolada.
En el ámbito internacional parece lo más aconsejable que los crédito se concedan a través de organismos supranacionales especializados para, con ello, asegurar al máximo que dichas operaciones no lleven implÃcitas vinculaciones intolerables. Estudiando cuidadosamente los documentos pontificios, sobre todo las enc.
Mater et Magistra y Populorum progressio, aparecen claros explÃcita e implÃcitamente los principios a aplicar en la polÃtica crediticia.
Más vertida la primera hacia las personas fÃsicas y a la parte privada, se dan en ella orientaciones concretas para ser aplicadas a la empresa artesana y a la cooperativa (n° 8590), llegándose a la máxima concreción al examinar la problemática de la empresa agrÃcola donde se dice (n° 134): «Los propietarios del capital prefieren colocarlo en otros negocios antes que en la agricultura. .
Desarrollo de la Idea
Los agricultores no pueden pagar intereses elevados.
Más aún, ni siquiera pueden pagar, por lo regular, los intereses normales del mercado para procurarse los capitales que necesitan el desarrollo y funcionamiento normal de sus empresas. Nunca te pierdas una historia sobre derecho bancario y financiero, de esta revista de derecho empresarial:
Se precisa, por tanto, por razones de bien común, establecer una particular polÃtica crediticia para la agricultura y crear instituciones de crédito que aseguren a los agricultores los capitales a un tipo de interés asequible». El crédito puede ser utilizado para el desarrollo del individuo y en la misma Mater et Magistra (n° 115), aun sin nombrarlo, se dice: «Hoy, más que nunca, hay que defender la necesidad de difundir la propiedad privada. Por lo cual, con el uso prudente de los recursos técnicos que la experiencia aconseje, no resultará difÃcil realizar una polÃtica económica y social que facilite y amplÃe lo más posible el acceso a la propiedad privada de los siguientes bienes: bienes de consumo duradero; vivienda; pequeña propiedad agraria; utillaje necesario para la empresa artesana y para la empresa agrÃcola familir; acciones de empresas grandes o medianas.».
En la Populorum progressio, después de recomendar la creación de un Fondo mundial, se insiste en la necesidad de un diálogo (n° 54) entre quienes aportan los medios y se benefician de ellos de acuerdo con las necesidades reales y las posibilidades de empleo, ya que «con ello los paÃses en vÃa de desarrollo no correrán en adelante el riesgo de estar abrumados de deudas, cuya satisfacción absorbe la mayor parte de sus beneficios.
Las tasas de interés y la duración de los préstamos deberán disponerse de manera soportable para los unos y para los otros. equilibrando las ayudas gratuitas, los préstamos sin interés, o con un interés mÃnimo, y la duración de las amortizaciones». [rbts name="economÃa.
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Recursos
Notas y Referencias
Basado parcialmente en el concepto y descripción sobre crédito en la doctrina social cristiana en la Enciclopedia Rialp (f. autorizada), Ediciones Rialp, 1991, Madrid, España
Véase También
CAPITAL, USURA, CONSUMO