Desarrollo Sostenible
Este artículo es un complemento de la información sobre derecho ambiental, en esta revista de derecho de empresa. Aparte de ofrecer nuevas ideas y consejos clásicos, examina el concepto y los conocimientos necesarios para sobresalir, sobre este tema. Te explicamos, en el contexto del medio ambiente, qué es, sus características y contexto. "Desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades (Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo, 1988). El término “desarrollo sostenible” surge como consecuencia de la preocupación por la excesiva explotación de los recursos del planeta. La publicación del informe Los límites del crecimiento (Meadows et al., 1972) supuso un decisivo aviso sobre las posibles consecuencias indeseadas del crecimiento económico. La evolución prevista en el informe respecto a variables como la población mundial, la producción industrial, la disponibilidad de materias primas, la contaminación o la producción de alimentos presentaba perspectivas claramente negativas para las primeras décadas del siglo XXI, en caso de continuar las tendencias observadas. El éxito de dicho “Informe Meadows”, con sus nueve millones de ejemplares vendidos, motivó el replanteamiento de algunas ideas.
Hasta entonces, existía un acuerdo bastante general sobre lo que el desarrollo significaba y suponía: el desarrollo se asociaba al crecimiento económico. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, respecto a sus características y/o su futuro): Después del informe, por el contrario, no podía considerarse como modelo un desarrollo basado en el crecimiento, ya que, a medio plazo, éste podría acabar con los recursos naturales o amenazar la vida en la tierra. El modelo desarrollista, por otro lado, asumía que el subdesarrollo era superable mediante una serie de etapas. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, respecto a sus características y/o su futuro): De este modo, los países menos desarrollados irían acercándose progresivamente a los niveles de bienestar y consumo de los más avanzados.
Sin embargo, al aceptarse que los recursos acabarían siendo insuficientes tomando como referencia los niveles de los 70, no sería ya físicamente posible un equiparamiento internacional de los niveles de consumo “hacia arriba”, esto es, una universalización del modelo de desarrollo de los países industrializados hacia los pobres. Las conclusiones de los límites del crecimiento fueron criticadas, al ser consideradas como una amenaza de freno para países en expansión económica. También se dijo que no tenían en cuenta los avances técnicos o los nuevos descubrimientos de materias primas. Como crítica de fondo se alegó que el modelo informático utilizado era demasiado sencillo (Weizsäcker et al., 1997:339-341). Aunque tales críticas eran en parte ciertas, la verdad es que los problemas se han agravado notablemente y que ni las nuevas reservas ni los avances tecnológicos están solucionándolos. A esta conclusión llegaron los propios autores del Informe Meadows al replantear y mejorar su modelo en un nuevo estudio a principios de los 90 (Meadows et al., 1993). Los problemas más graves actualmente se deben al efecto invernadero y al cambio climático, la contaminación de aguas y aire, la destrucción masiva de recursos naturales (deforestación, erosión, agotamiento de pesca, pérdida de biodiversidad, etc.) y la disminución de la capa de ozono. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, respecto a sus características y/o su futuro): Dentro de la gravedad, los más urgentes son los derivados del exceso de residuos y emisiones, por delante de la escasez de materias primas. El alcance y evidencia de los problemas ecológicos, así como su dimensión planetaria, han hecho que a lo largo de las últimas décadas se sucedan las iniciativas tratando de buscar soluciones.
Una de las instituciones pioneras en este sentido fue el Club de Roma, con informes como los de Meadows et al. (1972 y 1993) o Weizsäcker et al. (1997). Por su parte, la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo fue constituida por las Naciones Unidas en 1984 para diseñar estrategias que frenaran el deterioro ambiental. Las conclusiones de los estudios de la Comisión se recogieron en el llamado Informe Brundtland (Comisión Mundial…, 1988), que popularizó el término “desarrollo sostenible” y su definición. Posteriormente, la Cumbre de la Tierra, o Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río en 1992, reflejó la urgencia de actuar y concluyó con diversos acuerdos (algunos incumplidos, como el de reducción de emisiones de gases) y la creación de la Comisión para el Desarrollo Sostenible. También se aprobaron en Río los puntos de la Agenda 21, que reúne los objetivos medioambientales a nivel mundial (o global) para el siglo XXI. La idea de la Agenda 21 resulta positiva en cuanto reflejo de la necesidad de actuaciones y planificación (véase más en esta plataforma general) internacionales para dar respuesta a los problemas ambientales.
Sin embargo, su redacción resulta confusa. Por un lado se proponen, con el objetivo de superar el subdesarrollo y los problemas ambientales, algunos programas basados en el reforzamiento de la autonomía de los Estados y su labor planificadora. Contradictoriamente, la defensa del dogma liberal se pone por encima de todo, a pesar de sus efectos negativos en relación con esos objetivos (Bermejo, 1996:212-6). La popularidad del término “desarrollo sostenible” ha extendido su utilización sin reparar muchas veces en su contenido e implicaciones.
En primer lugar, la definición de las necesidades que deben cubrirse, tanto por la generación presente como por las futuras, es ambigua. También puede criticarse el excesivo antropocentrismo de la definición comúnmente aceptada. La propia definición del término “sostenible” es discutible. La sostenibilidad entendida desde el punto de vista más exigente (“sostenibilidad fuerte”) requeriría dejar a las generaciones futuras los mismos recursos naturales de que dispone la actual.
Una “sostenibilidad blanda” no exigiría dejar los mismos recursos, ya que, a cambio, se cederían conocimientos tecnológicos y otro tipo de capital. Este segundo punto de vista es cuestionable, ya que hay recursos naturales que son imprescindibles, y no sustituibles por tecnología, como sugiere tal formulación. Un problema básico que plantea la sostenibilidad medioambiental es su incompatibilidad con un crecimiento económico como el presente. Los consumos y emisiones actuales ya son insostenibles y, si se ampliaran a los países del Sur los actuales niveles de la OCDE, la situación ecológica del mundo sería mucho peor, ya que se requerirían 10 veces más de recursos (Weizsäcker et al., 1997:327-8). A esto se une la tendencia de crecimiento de la población mundial, que entre 1970 y 2000 ha pasado de 3.600 a 6.000 millones de personas (ver demografía). Los problemas ecológicos son causados en parte por este aumento, aunque debe recordarse que la mayor parte de los recursos se consumen en los países del Norte, con densidades de población altísimas en algunos casos. La constatación de la insostenibilidad está llevando a un consenso de necesidad de disminución a la mitad de las emisiones y utilización de recursos. Numerosos especialistas, agrupados en el club Factor 10, proponen reducciones de hasta el 90% en países del Norte para hacer posible la sostenibilidad, pensando en los aumentos necesarios en países del Sur para lograr la equidad a nivel mundial (o global) (Bermejo, 2000:99). A pesar de la abundancia de advertencias y estudios al respecto, los economistas ortodoxos se resisten a admitir la limitación al crecimiento (Bermejo, 2000:72-85). La defensa a ultranza del mercado aconseja introducir los costes (o costos, como se emplea mayoritariamente en América) ambientales como externalidades, de manera que los precios reflejen correctamente todos los costes.
Sin embargo, la valoración de aspectos como las funciones de un ecosistema resultan inviables y, en la práctica, el mecanismo de mercado no ha realizado una gestión sostenible de los bienes naturales, que sí están valorados. Se suele alegar que un nivel económico elevado es requisito previo para poder preocuparse por la naturaleza y dedicar recursos a su conservación.
La realidad, como se ha visto, es que el propio crecimiento es causante del deterioro y que reparar es mucho peor que prevenir. Otros autores llegan a afirmar que las actividades de defensa ambiental pueden suponer un impulso económico, lo cual se opone a la tendencia a considerarlas como una carga. La práctica demuestra que incluso gobiernos con elevada conciencia ecológica, como los de Alemania o Suecia, tienden a recortar estas iniciativas en caso de crisis.
En definitiva, se trata de negar la evidente necesidad de moderar el exagerado consumo de recursos de los países del Norte. Las tendencias más optimistas afirman que la tecnología dará respuesta cuando sea necesario, pero, aunque las mejoras son necesarias y deben aplicarse con urgencia, esto no es suficiente para la sostenibilidad.
Por otro lado, el cuidado del medio ambiente no puede seguir viéndose como una carga o un lujo; se trata de recursos y riqueza que, en muchos casos, se están dilapidando sin contraprestación, especialmente en países del Sur. Una auténtica sostenibilidad requiere, a nivel de recursos, no utilizar más recursos renovables de los que se generan y minimizar la utilización de los no renovables.
En lo referido a emisiones y residuos, deberían generarse solo aquellos que se puedan reciclar (evitando especialmente los no biodegradables) y sin superar la capacidad de absorción (véase su concepto jurídico) del sistema. La consecución de estos objetivos hace necesario un profundo cambio de hábitos y estructuras. El comportamiento global del sistema económico mundial (o global) no tiende a cerrar los ciclos de los materiales sino a alargarlos, y es claramente ineficiente en cuanto a la utilización de energía. Los esfuerzos realizados hasta ahora no han conseguido frenar las emisiones de gases ni el despilfarro de recursos, y autores como Bermejo (2000:85-95) proponen un cambio mediante sistemas económicos que imiten a la naturaleza. Para ello los sectores económicos deberían integrar una red coordinada y planificada de escala menor que cierre los ciclos de los materiales. La ciudad danesa de Kolunborg, por ejemplo, aprovecha el agua caliente de la central térmica para su piscifactoría, cuyos sedimentos se utilizan como abono, mientras que las cenizas de la central sirven para producir cemento, etcétera. Este tipo de actividades sistémicas evita la creación de 1’3 millones de toneladas de residuos al año y la emisión de 130.000 toneladas de CO2. Estas iniciativas se están ampliando en diferentes lugares, y hay numerosos ejemplos de desarrollo de aspectos de economías autocentradas y sostenibles (Bermejo, 1996:293-307). La Conferencia Europea de Ciudades Sostenibles aplica los principios de la Agenda 21 a un nivel local y sigue una línea de planificación (véase más en esta plataforma general) local para la sostenibilidad. Se inició en Aalborg (Dinamarca) y cuenta ya con miles de municipios y regiones europeos que se han implicado en mayor o menor medida (Bermejo y Nebreda, 1998). Una de las objeciones principales a la sostenibilidad es la que se refiere a la posibilidad de coartar el crecimiento de las economías del Sur, con grandes carencias. Sutcliffe (1995:36-46) propone la fusión de dos objetivos deseables, como son el desarrollo humano y la sostenibilidad en un desarrollo humano sostenible.
En ambos casos se precisa una redistribución: en el caso del desarrollo humano, hacia los marginados actuales, y, en el de la sostenibilidad, hacia las generaciones futuras. Los recursos para esta redistribución deben partir en ambos casos de la minoría más favorecida actualmente, que resulta la principal causante del deterioro medioambiental y de la falta de desarrollo humano. La redistribución es difícil dadas las relaciones de poder, pero la moderación del consumo de los más ricos es imprescindible para acercarse a un desarrollo humano sostenible. Como conclusión general, puede decirse que la preocupación por el medio ambiente y la conciencia de los límites del crecimiento han supuesto un paso adelante y han cambiado la concepción del desarrollo.
Sin embargo, en muchos casos, no se han asumido los profundos cambios necesarios en los modelos económicos y sociales, las pautas de consumo, etc., por lo que se tiende a insistir más en otros tipos de soluciones, como las basadas exclusivamente en el control de la población (ver natalidad, políticas de control de la). Autores como Weizsäcker et al. (1997:346-52) afirman que la preocupación por este aspecto debería impulsar el desarrollo de los países del Sur, dada la correlación entre el nivel de bienestar, el empoderamiento de las mujeres y la ralentización del crecimiento demográfico. Este punto de vista supone otra posible sinergia entre el desarrollo humano y la sostenibilidad." (1)
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Objetivos de Desarrollo Sostenible
La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó en septiembre de 2015 la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia. Los Estados miembros de las Naciones Unidas aprobaron una resolución en la que reconocen que el mayor desafío del mundo actual es la erradicación de la pobreza y afirman que sin lograrla no puede haber desarrollo sostenible. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible plantea 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible con 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son:
Erradicar la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.
Poner fin al hambre, conseguir la seguridad alimentaria y una mejor nutrición, y promover la agricultura sostenible.
Garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos y todas en todas las edades.
Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa, y promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos.
Alcanzar la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas.
Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos.
Asegurar el acceso a energías asequibles, fiables, sostenibles y modernas para todos.
Fomentar el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo, y el trabajo decente para todos.
Desarrollar infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible, y fomentar la innovación.
Reducir las desigualdades entre países y dentro de ellos.
Conseguir que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
Garantizar las pautas de consumo y de producción sostenibles.
Tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
Conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, mares y recursos marinos para lograr el desarrollo sostenible.
Proteger, restaurar y promover la utilización sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar de manera sostenible los bosques, combatir la desertificación y detener y revertir la degradación de la tierra, y frenar la pérdida de diversidad biológica.
Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.
Fortalecer los medios de ejecución y reavivar la alianza mundial (o global) para el desarrollo sostenible.
La nueva estrategia regirá los programas de desarrollo mundiales durante los próximos quince años. Al adoptarla, los estados se comprometieron a movilizar los medios necesarios para su implementación mediante alianzas centradas especialmente en las necesidades de los más pobres y vulnerables. Los 17 ODS de la Agenda 2030 se elaboraron durante más de dos años de consultas públicas, interacción con la sociedad civil y negociaciones entre los países. Asunto: mundo. La Agenda implica un compromiso común y universal, no obstante, puesto que cada país enfrenta retos específicos en su búsqueda del desarrollo sostenible, los estados tienen soberanía plena sobre su riqueza, recursos y actividad económica, y cada uno fijará sus propias metas nacionales en consonancia con la Agenda. La Agenda 2030 incluye también un capítulo de Medios de Implementación que vincula de manera integral el acuerdo de la Agenda de Acción de Addis Abeba para la financiación (o financiamiento) del Desarrollo.
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Historia
En el informe Brundtland, preparado por la Comisión Mundial sobre el medio ambiente y el desarrollo, se introdujo formalmente la expresión "desarrollo sostenible". Sin embargo, según muchos, el concepto de sostenibilidad se reflejó en la práctica estatal mucho antes. Philippe Sands, por ejemplo, menciona que en 1983 los Estados Unidos afirmaron el derecho a garantizar el uso legítimo y adecuado de los sellos para protegerlos en beneficio de la humanidad y salvarlos de la destrucción desenfrenada.
Secuencia
Posteriormente, muchos tratados y otros actos han apoyado, directa o indirectamente, el uso sostenible de los recursos naturales y han avanzado la idea de que los Estados tienen la obligación legal y la responsabilidad de conservar los recursos naturales y apoyar el concepto de desarrollo sustentable. Se definió como el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Esencialmente llamó la atención sobre dos cosas: (1) las necesidades básicas de los pobres del mundo, y (2) las limitaciones tecnológicas y sociales sobre la capacidad del medio ambiente para satisfacer las necesidades presentes y futuras. "necesidades" se les dio prioridad primordial. [Comisión Mundial sobre el medio ambiente y el desarrollo, nuestro futuro común, Oxford: Oxford University Press, 1987, pág. 43]. La Unión Internacional para la conservación de la naturaleza (UICN) sostiene que al garantizar la sostenibilidad ecológica, la viabilidad económica y la conveniencia social, la calidad de vida o los niveles de vida pueden mantenerse durante muchas generaciones. Según la UICN este es el principal significado del desarrollo sustentable. [ UICN – Unión Mundial para la conservación, guía para la preparación y aplicación de estrategias nacionales de desarrollo sostenible y otras estrategias multisectoriales de medio ambiente y desarrollo, elaboradas por el grupo de trabajo de la Comisión de estrategias medioambientales de la UICN sobre Estrategias para la sostenibilidad, la Secretaría de la UICN y el grupo de planificación (véase más en esta plataforma general) ambiental del mentido, proyecto de revisión preliminar de la publicación 1993, pág. 6]. Según Jena, la conservación de la naturaleza y el mantenimiento del orden ecológico, que preserva la biodiversidad (o diversidad biológica, la variabilidad de los organismos vivos, como los ecosistemas y los complejos ecológicos) y, por lo tanto, hace posible la vida en la tierra ahora y en el futuro, es el verdadero significado del desarrollo sustentable [K.C. Jena, "ecología y movimientos de la protección del medio ambiente: un breve Conspectus", diario del aire 92, 2005, 288 – 94, p. 289]. Posteriormente, el "desarrollo sostenible" se incluyó en la declaración de Río de 1992 que reconoció el derecho de los seres humanos a una vida sana y productiva en armonía con la naturaleza, y por lo tanto puso a la humanidad en el centro de las preocupaciones por el desarrollo sostenible [Declaración de río sobre el medio ambiente y el desarrollo (1992), 31 ILM 874 ("Declaración de río"), principio 1; S.P. Johnson, la Cumbre de la tierra: la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente y el desarrollo () Dordrecht: Martinus Nijhoff, 1992, pág. 118]. También reconoció el hecho de que, para lograr un desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente debería constituir una parte integral del proceso de desarrollo y no debe considerarse aislada de ella [Declaración de río, principio 4]. Además, los tratados como la Convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (CMNUCC) de 1992 reconocen que todos los países – especialmente los países en desarrollo – necesitan tener acceso a los recursos necesarios para lograr un desarrollo sostenible, social y económico y, por ende, reconoció el desarrollo sostenible como un instrumento de interacción entre los Estados [Declaración de río, preámbulo] El desarrollo sostenible no se ha definido de manera tan precisa que se pueda determinar claramente su condición jurídica. Su naturaleza cambiante de paradigma (modelo, patrón o marco conceptual, o teoría que sirve de modelo a seguir para resolver alguna situación determinada) plantea muchas preguntas y en la actualidad la falta de una articulación adecuada impide que se hagan generalizaciones seguras. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, respecto a sus características y/o su futuro): De hecho, si se trata de un "principio" o de un "concepto" sigue siendo un problema. El argumento de que el desarrollo sostenible ha alcanzado la condición de derecho internacional consuetudinario o de un principio general tiene cierto apoyo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y, en particular, de la opinión separada del magistrado Weeramantry [Gabčíkovo-proyecto Nagymaros (Hungría v Eslovaquia) (opinión separada del Juez Weeramantry) [1997] informes de la CIJ 7]. El Juez Weeramantry afirmó que el desarrollo sostenible era "más que un mero concepto" y era un "principio con valor normativo". Prosiguió afirmando, en la página 89, que «el derecho al desarrollo y el derecho a la protección del medio ambiente... son principios importantes del derecho internacional actual» y que el "principio de desarrollo sostenible... es una parte integral del derecho internacional moderno'. 14 Esta fue, sin embargo, una decisión minoritaria. Birnie y Boyle cuestionan las obligaciones de los Estados con respecto a la conservación y el desarrollo sostenible de los recursos naturales y la protección del medio ambiente natural y concluyen que sigue siendo una cuestión abierta [P.W. Birnie y A.E. Boyle, derecho internacional y medio ambiente, reimpresión 1994, Oxford: Clarendon Press, 1992, págs. 122 – 4]. Sin embargo, están de acuerdo con la propuesta de que el caso de la pesca islandesa y los diversos tratados apoyan la existencia de obligaciones consuetudinarias de cooperar en la conservación y el desarrollo sostenible de los recursos de propiedad común de la alta mar.
Handl en 1991 expresó la opinión de que la noción de desarrollo sostenible todavía no se ha convertido en una norma del derecho internacional, sino que, en el tiempo, podría convertirse en una norma imperativa del derecho internacional. La comprensión del desarrollo sostenible que ha surgido de diversos instrumentos internacionales no resuelve realmente el problema de determinar sus elementos esenciales que se aplican en un contexto particular.
Sin embargo, subyacen en el hecho de que el desarrollo sostenible está emergiendo como un principio del derecho internacional. Aunque está ausente una definición universalmente aceptada del desarrollo sostenible, los tratados mundiales y regionales relativos a los cursos de ríos internacionales, la conservación de la fauna silvestre, la protección del hábitat, las especies en peligro de extinción y el patrimonio cultural y natural también sugieren que se ha logrado un significado jurídico más amplio en cuanto a la conservación y el desarrollo sostenible. Autor: Williams
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Desarrollo Sostenible
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Consideraciones Generales
Hace referencia la expresión "desarrollo sostenible", en esta plataforma global, fundamentalmente a las políticas que equilibran el crecimiento y la conservación de los recursos y el entorno natural.
En esta plataforma, desarrollo sostenible incluye entradas sobre cuestiones tales como Eficiencia energética .
En esta plataforma, los conceptos y temas relacionados con desarrollo sostenible incluyen los siguientes: Quema controlada , Plan Puebla Panamá , Riego , CITES , Reforestación , Convenio de Bonn, Planificación económica . Para más información sobre desarrollo sostenible en un contexto más anglosajón, puede verse, en inglés, Sustainable development (desarrollo sostenible).
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Definición de Desarrollo Sostenible en Ciencias Sociales
Asunto: home-ciencias-sociales. Actividad económica o crecimiento que no reduce o agota los recursos disponibles para las generaciones futuras. (En general, aplicable a Canadá)
Revisor: Lawrence
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Desarrollo Sostenible en Sociología
Tema: home-sociologia. La noción de que el crecimiento económico debe proceder solo en la medida en que los recursos naturales se reciclen en lugar de agotarse, se mantenga la biodiversidad (o diversidad biológica, la variabilidad de los organismos vivos, como los ecosistemas y los complejos ecológicos) y se protejan el aire, el agua y la tierra limpios.
Revisor: Lawrence
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Visualización Jerárquica de Desarrollo sostenible
Economía > Política económica > Política económica > Política de desarrollo
Medio Ambiente > Política del medio ambiente > Política en materia de cambio climático > Mecanismo para un desarrollo limpio
Medio Ambiente > Política del medio ambiente > Política de medio ambiente
Asuntos Sociales > Vida social > Ocio > Turismo > Turismo justo
Transportes > Política de transportes > Política de transportes > Movilidad sostenible
Producción, Tecnología e Investigación > Tecnología y reglamentación técnica > Tecnología > Elección de tecnología > Tecnología limpia
Organizaciones Internacionales > Naciones Unidas > Programas y fondos de la ONU > Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
Agricultura, Silvicultura y Pesca > Política agraria > Política agrícola > Agricultura sostenible
Producción, Tecnología e Investigación > Tecnología y reglamentación técnica > Tecnología > Elección de tecnología > Tecnología blanda
Agricultura, Silvicultura y Pesca > Pesca > Política pesquera > Pesca sostenible
Medio Ambiente > Política del medio ambiente > Política de medio ambiente > Economía verde
Empresa y Competencia > Organización de la empresa > Política de la empresa > Responsabilidad social de la empresa
Agricultura, Silvicultura y Pesca > Política agraria > Política agrícola común > Plan de desarrollo agrícola > Plan agroambiental
Economía > Política económica > Política económica > Economía circular
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Desarrollo sostenible
A continuación se examinará el significado.
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¿Cómo se define? Concepto de Desarrollo sostenible
Véase la definición de Desarrollo sostenible en el diccionario.
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Características de Desarrollo sostenible
Tema: empresa-y-economia. Tema: economia.
Asunto: medio-ambiente.
Asunto: asuntos-sociales.
Asunto: transportes.
Asunto: produccion-tecnologia-e-investigacion.
Asunto: organizaciones-internacionales.
Asunto: agricultura-silvicultura-y-pesca.
Asunto: empresa-y-competencia.
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Recursos
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Véase También
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Recursos
Traducción de Desarrollo sostenible
Inglés: Sustainable development
Francés: Développement durable
Alemán: Dauerhafte Entwicklung
Italiano: Sviluppo sostenibile
Portugués: Desenvolvimento sustentável
Polaco: Ekorozwój
Tesauro de Desarrollo sostenible
Economía > Política económica > Política económica > Política de desarrollo > Desarrollo sostenible
Medio Ambiente > Política del medio ambiente > Política en materia de cambio climático > Mecanismo para un desarrollo limpio > Desarrollo sostenible
Medio Ambiente > Política del medio ambiente > Política de medio ambiente > Desarrollo sostenible
Asuntos Sociales > Vida social > Ocio > Turismo > Turismo justo > Desarrollo sostenible
Transportes > Política de transportes > Política de transportes > Movilidad sostenible > Desarrollo sostenible
Producción, Tecnología e Investigación > Tecnología y reglamentación técnica > Tecnología > Elección de tecnología > Tecnología limpia > Desarrollo sostenible
Organizaciones Internacionales > Naciones Unidas > Programas y fondos de la ONU > Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo > Desarrollo sostenible
Agricultura, Silvicultura y Pesca > Política agraria > Política agrícola > Agricultura sostenible > Desarrollo sostenible
Producción, Tecnología e Investigación > Tecnología y reglamentación técnica > Tecnología > Elección de tecnología > Tecnología blanda > Desarrollo sostenible
Agricultura, Silvicultura y Pesca > Pesca > Política pesquera > Pesca sostenible > Desarrollo sostenible
Medio Ambiente > Política del medio ambiente > Política de medio ambiente > Economía verde > Desarrollo sostenible
Empresa y Competencia > Organización de la empresa > Política de la empresa > Responsabilidad social de la empresa > Desarrollo sostenible
Agricultura, Silvicultura y Pesca > Política agraria > Política agrícola común > Plan de desarrollo agrícola > Plan agroambiental > Desarrollo sostenible
Economía > Política económica > Política económica > Economía circular > Desarrollo sostenible
Véase También
Bioeconomía
Desarrollo duradero
Ecodesarrollo
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Recursos
A continuación, ofrecemos algunos recursos de esta revista de derecho empresarial que pueden interesar, en el marco del medio ambiente y su regulación, sobre el tema de este artículo.
Traducción al Inglés
Traducción al inglés de Desarrollo Sostenible: Sustainable Development
Véase También
Bibliografía
Información acerca de "Desarrollo Sostenible" en el Diccionario de Ciencias Sociales, de Jean-Francois Dortier, Editorial Popular S.A.
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Recursos
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Véase También
Biopiratería
Biotecnología
Bioderecho
Bibliografía
Jimenez Herrero, L.m.: Desarrollo Sostenible y Economía Ecológica, Síntesis, Madrid, 1996; Martín Mateo, Nuevos Instrumentos para la Tutela Ambiental, Estudios Trivium, 1994; Martín Mateo, Tratado de Derecho Ambiental, 3 Vols., Trivium, Madrid, 1991; Piñar Mañas, J.l (dir), Desarrollo Sostenible y Protección del Medio Ambiente, Civitas, 2002.
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Recursos
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Notas
Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo (Cristina Maoño y Patxi Zabalo)
Véase También
Bibliografía
Bermejo, R. (1996), Libre comercio y equilibrio ecológico, Bakeaz, Bilbao. Bermejo, R. (2000), "Acerca de las dos visiones antagónicas de la sostenibilidad", en Bárcena, I., P. Ibarra y M. Zubiaga (eds.), Desarrollo sostenible: un concepto polémico, Universidad del País Vasco, Bilbao, pp. 67-103. Bermejo, R. y A. Nebreda (1998), Conceptos e instrumentos para la sostenibilidad local, Cuadernos Bakeaz, nº 26, Bakeaz, Bilbao. Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo (1988), Nuestro futuro común (Informe Brundtland), Alianza, Madrid. Jiménez Herrero, l. M. (1997), Desarrollo sostenible y economía ecológica. Integración medio ambiente-desarrollo y economía-ecología, Síntesis, Madrid. Meadows, D.
H., D. L. Meadows, J (consulte más sobre estos temas en la presente plataforma digital de ciencias sociales y humanidades).
Randers y W. W. Behrens (1972), Los límites del crecimiento, Fondo de Cultura Económica, México D.F. Meadows, D.
H., D. L. Meadows y J (consulte más sobre estos temas en la presente plataforma digital de ciencias sociales y humanidades).
Randers (1993), Más allá de los límites del crecimiento, Aguilar, Madrid. Sutcliffe, B. (1995), "Desarrollo frente a ecología", en Ecología Política, nº 9, pp. 27-49. Weizsäcker, E.
U. von, A. B. Lovins y L.
H. Lovins (1997), Factor 4. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, respecto a sus características y/o su futuro): Duplicar el bienestar con la mitad de recursos naturales. Informe al Club de Roma, Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, Barcelona