DÃa del Trabajo
Este artÃculo es un complemento de la información sobre derecho laboral o del trabajo, en esta revista de derecho empresarial. Aparte de ofrecer nuevas ideas y consejos clásicos, examina el concepto y los conocimientos necesarios, en el marco del derecho del trabajo, sobre el dÃa del trabajo.
Te explicamos, en relación a la seguridad social y el derecho laboral, qué es, sus caracterÃsticas y contexto.
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Ejemplo: DÃa del Trabajo en Canadá
OrÃgenes del DÃa del Trabajo
El DÃa del Trabajo tiene sus raÃces en la huelga de los impresores de Toronto de 1872.
Movimiento por una jornada laboral de nueve horas
En un momento en el que las disputas entre deportistas millonarios y propietarios multimillonarios dominan las noticias sobre "conflictos" laborales, la historia ofrece una perspectiva útil sobre una época en la que los trabajadores tenÃan que luchar por trabajar menos de 12 horas al dÃa. El movimiento por una jornada laboral de nueve horas comenzó en Hamilton, Ontario, y se extendió a Toronto, donde el Sindicato Tipográfico de Toronto apoyó sus reivindicaciones. En 1869, el sindicato envió una petición a sus miembros en la que pedÃa que la jornada laboral se redujera a 58 horas semanales, lo que lo convirtió en uno de los primeros grupos que lucharon por la reducción de la jornada laboral en el mundo industrializado. Los propietarios de las imprentas, en particular George Brown del Globe -el más vehemente- rechazaron inmediatamente su petición.
Huelga
En 1872, la posición del sindicato ya habÃa pasado de la petición a la demanda, de la amenaza a la huelga.
Según los empresarios, la demanda de una semana laboral más corta era "tonta", "absurda" y "abusiva". Los impresores tomaron represalias declarándose en huelga el 25 de marzo de 1872. El 15 de abril se celebró una manifestación para mostrar la solidaridad entre los trabajadores de Toronto. Unos 2.000 trabajadores partieron en una marcha encabezada por bandas de música.
Cuando llegaron a Queen's Park, los simpatizantes ascendÃan a 10.000. Los empresarios respondieron a la huelga trayendo esquiroles de ciudades pequeñas y George Brown presentó una demanda contra el sindicato por "conspiración". El procesamiento de George Brown reveló el terrible hecho de que, según la legislación canadiense, la acción industrial era un delito penal. En aplicación de la ley -que data de 1792- la policÃa detuvo y encarceló a 24 miembros del comité de huelga.
Un poderoso aliado
Sin embargo, George Brown estaba demasiado seguro de sà mismo. El Primer Ministro John A. Macdonald siguió el movimiento de la jornada laboral de nueve horas "con interés y curiosidad, su gran olfato tan sensible y penetrante como el de un animal", escribió el historiador Donald Creighton, "al acecho de cualquier olorcillo a beneficio o a peligro". El olor a beneficio procedÃa del hecho de que su antiguo oponente liberal, George Brown, se habÃa convertido en el odiado enemigo de los trabajadores canadienses. Macdonald no tardó en sacar provecho de ello. En un discurso ante una multitud congregada en el Ayuntamiento de Ottawa, prometió acabar con las "leyes bárbaras" que restringÃan la actividad sindical. Macdonald acudió en ayuda de los hombres encarcelados y, el 14 de junio, promulgó la Ley de Sindicatos, que legalizaba y protegÃa la actividad sindical. La acción de Macdonald no sólo avergonzó a George Brown, su rival, sino que le granjeó el apoyo duradero de la clase obrera.
El legado de la huelga
Para los huelguistas, las repercusiones a corto plazo fueron nefastas. Muchos perdieron sus empleos y tuvieron que abandonar Toronto. A largo plazo, sin embargo, los efectos fueron positivos. Después de 1872, casi todas las reivindicaciones sindicales incluÃan una jornada de nueve horas y una semana de 54 horas. Los impresores de Toronto fueron asà los pioneros de la semana laboral más corta en Norteamérica. En Estados Unidos, las campañas a favor de una jornada laboral de ocho horas, que más tarde se convertirÃa en la nueva norma, fueron cada vez más numerosas. La lucha de los impresores de Toronto tuvo otra repercusión duradera. Las manifestaciones en apoyo del Movimiento por la Jornada Laboral de Nueve Horas y la huelga de los impresores dieron lugar a una celebración anual. En 1882, el lÃder sindical estadounidense Peter J. McGuire asistió a una de estas fiestas obreras en Toronto. De regreso a Nueva York, organizó el primer DÃa del Trabajo estadounidense el 5 de septiembre de ese mismo año. Durante la década de 1880, creció la presión en Canadá por un dÃa nacional del trabajo.
El 23 de julio de 1894, el gobierno del Primer Ministro John Thompson aprobó una ley que oficializaba el DÃa del trabajo.
Ese año, en Winnipeg, un gigantesco desfile del DÃa del Trabajo se extendió a lo largo de cinco kilómetros. La tradición de celebrar el DÃa del Trabajo se extendió rápidamente por Canadá y por todo el continente, pero todo empezó en Toronto gracias a la valiente postura adoptada por el sindicato de impresores.
El DÃa del Trabajo
El DÃa del Trabajo, que se celebra cada primer lunes de septiembre, es festivo en Canadá desde 1894. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artÃculos de esta revista, en cuanto al derecho laboral o del trabajo, y respecto a sus caracterÃsticas y/o su futuro): Tiene su origen en los primeros mÃtines obreros de la época victoriana. Históricamente, los trabajadores celebraban la ocasión con diversas actividades, como desfiles, discursos, juegos y competiciones de aficionados y picnics. La fiesta fomentaba la solidaridad y el sentimiento de pertenencia a la clase obrera en una época de industrialización acelerada. Desde la Segunda Guerra Mundial, cada vez menos gente participa en las actividades del DÃa del trabajo.
A pesar de ello, sigue siendo un dÃa festivo que muchos canadienses aprovechan para relajarse o pasar tiempo con sus familias.
Los primeros festivales y la influencia estadounidense
Antes de la década de 1880, la gente organizaba esporádicamente festivales asociados a movimientos obreros más amplios. Algunos historiadores remontan los orÃgenes del DÃa del Trabajo al Movimiento por una Jornada Laboral de Nueve Horas (1872). Tras una convención obrera celebrada en Nueva York en septiembre de 1882, las organizaciones de trabajadores comenzaron a organizar celebraciones más frecuentes. Aprovechando este éxito inicial, la Federación Americana del Trabajo y los Caballeros del Trabajo empezaron a promover celebraciones obreras el primer lunes de septiembre en los estados americanos. Estos sindicatos también estaban presentes en Canadá.
Se celebraron reuniones similares en Toronto (1882), Hamilton y Oshawa (1883), Montreal (1886), St.
Catharines (1887), Halifax (1888), Ottawa y Vancouver (1890) y Londres (1892).
Una fiesta legal
A medida que la fiesta ganaba popularidad en todo el paÃs, las organizaciones de trabajadores presionaron a los gobiernos para que declararan el primer lunes de septiembre como dÃa festivo legal (véase Fiestas nacionales).
Su influencia fue lo suficientemente significativa como para que la Comisión Real sobre Relaciones Laborales y de Capital en Canadá (1886-1889) recomendara al gobierno federal la introducción de un "DÃa del Trabajo". Antes de esta fecha, el dÃa sólo tenÃa carácter oficial en algunos municipios, como Montreal, que lo convirtió en dÃa cÃvico en 1889. Entre marzo y abril de 1894, más de 50 organizaciones sindicales de Ontario, Quebec, Nuevo Brunswick, Manitoba y Columbia Británica enviaron peticiones a los parlamentarios. Estos grupos incluÃan varios consejos regionales de oficios y trabajo, asà como asambleas locales de los Caballeros del Trabajo, que basaron sus demandas en iniciativas similares orquestadas por los sindicatos estadounidenses. En la Cámara de los Comunes, un proyecto de ley patrocinado por el primer ministro John Thompson suscitó el debate sobre el estatus legal del DÃa del Trabajo en mayo de 1894. La Cámara aprobó la Ley del DÃa del Trabajo enmendada sin mucha discusión. En 1894, el gobierno federal de Estados Unidos también reconoció el DÃa del trabajo.
Las provincias no tuvieron más remedio que adaptarse. Por ejemplo, los parlamentarios de Quebec reaccionaron anunciando que los tribunales provinciales no funcionarÃan el primer lunes de septiembre de ese año.
Sin embargo, no fue hasta 1899 cuando la provincia, a su vez, dio carácter legal a la festividad, exigiendo a los consejos escolares que retrasaran el inicio de las clases hasta después del primer lunes de septiembre.
Desfiles y fiestas populares
Los canadienses celebraron el DÃa del Trabajo el 3 de septiembre de 1894 con gran fanfarria. En Montreal, el Consejo de Oficios y Trabajo de la ciudad desempeñó un papel importante en la organización de las celebraciones. Un desfile partió del Campo de Marte a las 9 de la mañana del 3 de septiembre.
Sus divisiones agrupaban a sindicatos del mismo gremio. La asamblea local Grande-Hermine de los Caballeros del Trabajo abre la marcha, conduciendo a los participantes a un parque donde les esperan discursos, un picnic y juegos. En la ciudad de Quebec, el Consejo de Oficios y Trabajo optó en cambio por organizar una misa seguida de entretenimientos como competiciones ciclistas, carreras y un partido de lacrosse. Hasta principios de la década de 1950, las organizaciones de trabajadores organizaban este tipo de celebraciones en todo Canadá. RecurrÃan al repertorio de celebraciones victorianas para negociar la delgada lÃnea que separa la polÃtica del ocio. Aunque el evento servÃa de plataforma para que los sindicatos airearan sus reivindicaciones, también ayudaba a construir la identidad de clase de los trabajadores y se concebÃa como un momento de descanso y socialización lejos del lugar de trabajo.
La imagen del comerciante y del proveedor dominaba estas festividades. Aunque las trabajadoras estaban presentes y desempeñaban un papel en la organización de las actividades preparando la comida para los participantes, rara vez eran el centro del desfile. La marcha de estilo militar del desfile no encajaba con la imagen de respetabilidad que se imponÃa a las mujeres en aquella época. A pesar de algunas excepciones, su papel se limitaba a menudo a saludar a la multitud desde las carrozas como esposas o trabajadoras auxiliares (véase Las mujeres en la fuerza laboral ). La ausencia de trabajadores no cualificados y no sindicados también limita la participación de los trabajadores inmigrantes, las comunidades racializadas y los aborÃgenes. El desfile es el acto emblemático y, dependiendo de la ciudad, atrae a miles de participantes y espectadores.
Con el tiempo, se ha vuelto cada vez más complejo. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artÃculos de esta revista, en cuanto al derecho laboral o del trabajo, y respecto a sus caracterÃsticas y/o su futuro): Tomando ejemplo de otros desfiles populares, se añadieron carrozas y bandas de música. En Quebec, la fiesta tenÃa una fuerte connotación religiosa, que aumentó con el desarrollo del sindicalismo católico. Esto fue especialmente cierto con la creación en 1921 de la Confédération des travailleurs catholiques du Canada, que se convirtió en la Confédération des syndicats nationaux (CSN) en 1960.
Decadencia del DÃa del Trabajo
A partir de la década de 1950, las festividades del DÃa del Trabajo empezaron a atraer cada vez a menos participantes. En Montreal se intentó durante un tiempo sustituir el desfile por un espectáculo y actos ceremoniales, pero sin mucho éxito. Hubo varias razones para este declive.
Según el historiador Jacques Rouillard, la llegada de la sociedad del ocio y del consumo hizo que la gente se sintiera más tentada a salir de la ciudad o a relajarse con su familia que a ir al desfile. La participación también ha descendido debido a los cambios en el mundo sindical. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artÃculos de esta revista, en cuanto al derecho laboral o del trabajo, y respecto a sus caracterÃsticas y/o su futuro): Tradicionalmente, eran los sindicatos artesanales los que organizaban la fiesta, pero con el auge del sindicalismo industrial -que agrupa a los trabajadores no cualificados y semicualificados- el alcance y el significado del DÃa del Trabajo han cambiado significativamente. No todo el mundo podÃa identificarse con el mensaje tradicional de "orgullo por su oficio" transmitido durante las celebraciones. Además, la Guerra FrÃa dividió el trabajo organizado en facciones rivales, lo que dificultó la organización de las festividades. Otros acontecimientos que competÃan entre sà también redujeron el número de participantes en el DÃa del trabajo.
Los socialistas, comunistas y marxistas en particular celebran el Primero de Mayo, o DÃa Internacional de los trabajadores.
Con el tiempo, éste adquirió un significado más militante que el DÃa del Trabajo, y muchos sindicatos optaron por marchar en esta ocasión en su lugar. Del mismo modo, desde mediados de la década de 1970, el DÃa Internacional de la Mujer (8 de marzo) se convirtió en una celebración alternativa para el sindicalismo feminista. Hoy en dÃa, el DÃa del Trabajo sigue celebrándose formalmente, junto con otras celebraciones informales. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artÃculos de esta revista, en cuanto al derecho laboral o del trabajo, y respecto a sus caracterÃsticas y/o su futuro): TodavÃa se celebran desfiles en Toronto y Ottawa el primer lunes de septiembre. Revisor de hechos: Can Asunto: trabajo-y-empleo. Tema: derecho. Asunto: derecho-laboral.
¿Qué piensas sobre este tema? ¿Tienes alguna experiencia o ejemplo que quieras compartir? ¿Cuál es tu opinión?
Recursos
A continuación, ofrecemos algunos recursos de esta revista de derecho empresarial que pueden interesar, en el marco de las relaciones laborales o de trabajo y del derecho social, sobre el tema de este artÃculo.
Notas y Referencias
Véase También
Condiciones de trabajo
Jornada Laboral
Relación de trabajo
dÃa festivo nacional Relación laboral sindicatos dÃa del trabajador festivos públicos