Dolarización
Este artículo es una ampliación de la información sobre derecho financiero, en esta revista de derecho corporativo. Aparte de ofrecer nuevas ideas y consejos clásicos, examina el concepto y los conocimientos necesarios, en el marco de los aspectos jurídicos financieros, sobre este tema. Te explicamos, en relación a los principios, prácticas y normas jurídicas financieras y bancarias, qué es, sus características y contexto. En inglés: dollarization. Véase también Monetarismo y Monetaristas.
Dolarización Oficial y No Oficial
La dolarización de jure, u oficial, suele producirse tras un periodo de alta inflación, cuando un país se ve incapaz de crear una nueva moneda nacional que mantenga su valor o no está dispuesto a soportar la pérdida de producción necesaria para crear credibilidad.
La dolarización no oficial, o de facto, podría incluir la sustitución de divisas y de activos.
La literatura ofrece un desglose de los canales (véase qué es, su definición, o concepto, y su significado como "canals" en el contexto anglosajón, en inglés) de dolarización de divisas y activos por separado y sus tamaños relativos. Por ejemplo, en la Antigua República Yugoslava de Macedonia casi no hay sustitución de divisas, pero los activos monetarios denominados en el extranjero en los bancos comerciales macedonios son 2,5 veces mayores que los activos monetarios denominados en el país (excluyendo el efectivo).
En general, sin embargo, los índices de sustitución monetaria y de activos están muy correlacionados positivamente (es decir, la sustitución monetaria y la dolarización de facto).
Por lo tanto, nos centramos en la dolarización de jure, u oficial. La dolarización de jure beneficia a los países si son pequeños y están bien integrados en los mercados mundiales, y si su capital es muy móvil.
Muchos de los países más pequeños de Europa que no forman parte de la Unión Monetaria Europea -Andorra, Kosovo, Montenegro, Mónaco, San Marino y Ciudad del Vaticano- utilizan el euro; sólo uno (Kosovo) tiene más de un millón de habitantes.
Muchos de los estados insulares del Pacífico utilizan el dólar estadounidense; unos pocos utilizan el dólar australiano o neozelandés.
Otros estados han concedido el estatus de moneda de curso legal al dólar estadounidense y han hecho circular su propia moneda al mismo tiempo.
En Panamá, que tiene la historia más larga de este tipo, el dólar se utiliza para la mayoría de las transacciones, pero las monedas panameñas circulan para el comercio menor. Panamá también está muy integrada en los mercados internacionales de capitales. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, en cuanto al derecho financiero y bancario, y respecto a sus características y/o su futuro): Guatemala y las Bahamas son otros ejemplos de economías dolarizadas de iure en el hemisferio occidental. En muchos casos, la dolarización de jure se produce a través de la creación de una junta monetaria, como en Argentina, pero no tiene por qué ser así. Ecuador es un ejemplo interesante. El mayor país por población en dolarizarse decidió abandonar la moneda local, el sucre, después de que ésta se depreciara precipitadamente a finales de 1999. El gobierno declaró el dólar de curso legal, y el sucre fue retirado de la circulación. El Fondo Monetario Internacional envió una misión de asistencia técnica para apoyar la dolarización. Aunque la dolarización oficial ha ayudado a muchos países imponiendo una disciplina monetaria, su historia en la creación de una disciplina fiscal es más variada.
Las monedas nacionales pueden obtener ingresos para un país a través del señoreaje; la dolarización limita la capacidad de los gobiernos para recaudar un impuesto sobre la inflación, por lo que la dolarización puede eliminar cualquier tentación de los gobiernos de recurrir a ella.
Como resultado, muchos economistas han planteado la hipótesis de que la dolarización debería producir disciplina fiscal, ya que el gasto adicional se pagaría más probablemente con impuestos.
Pero mientras un gobierno pueda pedir prestado, la disciplina fiscal queda silenciada. Además, si los tipos de interés se reducen debido a la dolarización y a la mayor credibilidad de la política monetaria, la política fiscal puede volverse más laxa.
Detalles
Los déficits fiscales en el Panamá dolarizado fueron mayores que en los países latinoamericanos cercanos entre 1970 y 1998.
Además, la dolarización a través de una caja de conversión no ayudó a las autoridades fiscales de Argentina a ser más moderadas.
Por lo tanto, otro de los beneficios esperados de la dolarización -los tipos de interés más bajos- no siempre se ha hecho realidad. Los partidarios acérrimos de la dolarización argumentan que cuando ésta proviene de las decisiones de los individuos y es el resultado de una competencia entre los emisores de billetes, proporciona beneficios a una economía. Permitir la elección protege los derechos de propiedad de los hogares y asegura que sus ganancias no puedan ser confiscadas por el impuesto de inflación.
La adopción por parte de Panamá del dólar estadounidense como única moneda de curso legal en 1904 es el principal caso de dolarización en la mayoría de los análisis. Aunque muchos economistas sostienen que los costos de la dolarización son reales y los beneficios efímeros, otros sostienen que los beneficios sólo pueden ser grandes si el compromiso con la dolarización se hace oficial, ya sea mediante el abandono de la moneda nacional o la creación de un acuerdo de junta monetaria.
Pero quizá la mayor objeción a la dolarización sea la pérdida de orgullo del país. Pocos países nacen sin cierto fervor nacional, y ese fervor suele buscar su expresión en imágenes históricas del paisaje nativo sobre el papel, en forma de moneda nacional.
Muchas monedas nuevas se ven sometidas rápidamente a presiones inflacionarias, pero eso rara vez impide que el siguiente país nuevo piense que puede hacerlo mejor y celebre su independencia con una nueva moneda fiduciaria. Datos verificados por: Brooks
Dolarización
En la literatura sobre la dolarización, la cuestión del momento oportuno se aborda solo de manera oblicua. Podría parecer apropiado que la cronología se trate como una cuestión subsidiaria.
La pregunta clave es si la dolarización es sensata; una vez que se haya respondido a ella, el análisis puede pasar a los puntos finos como cuándo.
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Desde este punto de vista, las contribuciones a este tema deben considerar los costos (o costes, como se emplea mayoritariamente en España) y beneficios de la dolarización en el estado estable, dejando el análisis del momento oportuno para alguna etapa posterior, de seguimiento. Argumentaré que la cuestión del momento oportuno pertenece de hecho al núcleo del debate sobre la dolarización.
En ese debate están implícitas dos opiniones muy diferentes sobre la secuencia de la dolarización con otras reformas, con implicaciones muy distintas.
La opinión más común es que la dolarización, para que funcione sin problemas y produzca más beneficios que costos, debe esperar a que se completen las reformas complementarias.
En primer lugar, es preciso fortalecer el sistema bancario, de modo que la capacidad más limitada de las autoridades para prestar servicios de prestamista de último recurso no exponga al país a la inestabilidad financiera.
En primer lugar, debe reforzarse la posición fiscal y alargarse la estructura temporal de la deuda pública para que la ausencia de una autoridad monetaria nacional capaz de absorber nuevas emisiones no exponga al gobierno a una crisis de financiación.
En primer lugar, es necesario prever, mediante la negociación de líneas de crédito comerciales o intergubernamentales, la obtención de la liquidez necesaria para financiar la intervención en caso de que, a pesar de todo, se produzca una crisis.
En primer lugar, debe reformarse el mercado laboral, de modo que la ausencia del tipo de cambio (véase más en el diccionario y más detalles, en la plataforma (de Lawi), sobre este término) como instrumento de ajuste no deje al país sin un mecanismo de adaptación a las perturbaciones asimétricas. Y primero hay que reestructurar la economía, tal vez mediante la negociación de un acuerdo de libre comercio, para asegurar que las fluctuaciones cíclicas y las condiciones monetarias apropiadas coincidan con las de los Estados Unidos.
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Dado que estas reformas llevan tiempo, la mayoría de los países no pueden esperar de manera realista la dolarización en un futuro próximo. Otra opinión es que la dolarización no tiene por qué esperar a esas otras reformas porque el propio acto de dolarizar producirá los cambios necesarios para suavizar el funcionamiento del nuevo régimen.
La eliminación de la posibilidad de cambios en el tipo de cambio (véase más en el diccionario y más detalles, en la plataforma (de Lawi), sobre este término) producirá las reformas necesarias del mercado laboral, ya que los sindicatos reconocerán la ausencia de mecanismos alternativos de ajuste y la necesidad de una mayor flexibilidad del mercado laboral, en particular de los salarios.
La dolarización fortalecerá el sector financiero al eliminar los desajustes de moneda en el sistema bancario y permitir que más prestatarios nacionales financien proyectos de inversión a largo plazo (véase más detalles en la plataforma (de Lawi) general) con deuda a largo plazo.
La dolarización mejorará el equilibrio fiscal al reducir las tasas de interés internas a los niveles de los Estados Unidos y recortar los costos (o costes, como se emplea mayoritariamente en España) del servicio de la deuda. Al eliminar el impuesto a la inflación del menú fiscal, la dolarización endurecerá la restricción presupuestaria del gobierno.
La dolarización permitirá al gobierno alargar la estructura de plazos de su deuda eliminando el riesgo de la moneda que hace que los inversores prefieran los vencimientos cortos.
La dolarización mejorará el acceso del gobierno a las líneas de crédito comercial, armándolo con los recursos para proporcionar al menos servicios limitados de prestamista de último recurso. Y la dolarización conducirá a la sincronización de los ciclos comerciales al alinear los tipos de interés con los que prevalecen en los Estados Unidos y fomentar más transacciones entre las dos economías. En otro lugar se analizan las pruebas sobre si la dolarización aceleraría significativamente el proceso de reforma de las políticas y, por lo tanto, puede preceder en lugar de seguir otras medidas complementarias. Vale la pena relacionar este debate con las dos circunstancias en las que se contempla actualmente la dolarización.
En la primera, la dolarización es esencialmente un dispositivo para hacer irreversibles las reformas políticas precedentes. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, en cuanto al derecho financiero y bancario, y respecto a sus características y/o su futuro): Habiendo reducido la inflación, equilibrado el presupuesto y fortalecido el sistema financiero, no solo se considera que cerrar la puerta del banco central (la solución de la junta monetaria), sino también tirar la llave (aboliendo la moneda nacional) es una forma de evitar que el gobierno vuelva a sus malas costumbres. El país ya ha demostrado un firme compromiso con la reforma, y la dolarización pone el último clavo en el ataúd de la política insostenible. Una vez reforzada la credibilidad de la reforma, la dolarización aumentará la estabilidad de los tipos de interés, la confianza de los inversores, el acceso a los capitales extranjeros (referido a las personas, los migrantes, personas que se desplazan fuera de su lugar de residencia habitual, ya sea dentro de un país o a través de una frontera internacional, de forma temporal o permanente, y por diversas razones) y el crecimiento económico, cuyos beneficios presumiblemente dieron el impulso para una reforma fundamental en primer lugar. Este es, por ejemplo, el argumento a favor de la dolarización en la Argentina. La otra circunstancia es la de un país en el que todavía no se ha iniciado una reforma fundamental. Este país sufre un déficit presupuestario insostenible, una alta inflación, graves problemas bancarios y disturbios políticos.
Con la adopción del dólar, la inflación bajará de golpe, y otras políticas tendrán que adaptarse a la restricción del dinero duro. Este es el argumento para la dolarización en el Ecuador. Pero aunque la dolarización es una fuente automática de credibilidad monetaria, no mejora automáticamente la credibilidad de otras políticas. Nunca te pierdas una historia sobre derecho bancario y financiero, de esta revista de derecho empresarial:
Si bien intensifica la presión para la consolidación fiscal eliminando el impuesto a la inflación y apretando las tuercas presupuestarias, no crea automáticamente el consenso social necesario para impulsar los recortes necesarios. Nunca te pierdas una historia sobre derecho bancario y financiero, de esta revista de derecho empresarial:
Si bien se intensifica la presión para la reforma del sector financiero -es decir, la presión para que las autoridades recapitalicen un sector bancario en crisis y mejoren la supervisión prudencial- la dolarización no producirá necesariamente un consenso político sobre dónde encontrar los recursos o la competencia burocrática y la independencia necesarias para administrar los reglamentos prudenciales. Una vez cerrada la política monetaria como válvula de seguridad restante, la dolarización deja dos opciones: o bien se logra el consenso necesario para impulsar una reforma fundamental y se resuelve el conflicto que dio lugar a la crisis, o bien la economía y la sociedad, una vez eliminada su última válvula de seguridad restante, explotan política y económicamente. El peso que debemos atribuir a estos riesgos debe estar en función de la evidencia sobre la rapidez con que otras políticas y prácticas se adaptan al nuevo régimen monetario. Intento reunirlo en el resto de este documento.
Considero la reforma del mercado laboral, la reforma fiscal, y la reforma del sector financiero. Ni la teoría ni las pruebas sugieren que la eliminación de todo alcance de una política monetaria independiente acelerará necesariamente el ritmo de la reforma del mercado laboral. Ni la teoría ni las pruebas sugieren que la dolarización conducirá a la armonización inmediata de los ciclos económicos en los países que comparten la misma moneda. Ni la teoría ni la evidencia sugieren que la abolición de la moneda nacional eliminará por sí misma la necesidad de una reforma del sector financiero. Nunca te pierdas una historia sobre derecho bancario y financiero, de esta revista de derecho empresarial:
Si bien la reducción de los desajustes de moneda y de vencimientos fortalecerá el sistema bancario, subsistirán otros problemas.
En el entorno de profunda integración que se considera concomitante a la dolarización, la presión competitiva sobre los bancos nacionales se intensificará. No está claro que los débiles salgan sin problemas en lugar de apostar por la redención.
Y si hay consecuencias sistémicas, el gobierno tendrá una capacidad limitada para abordarlas. Para reducir al mínimo estas consecuencias negativas es necesario mejorar la supervisión y la regulación prudencial, un proceso en el que Europa y la Argentina han participado durante la mayor parte de un decenio.
También requiere abrir el sistema bancario nacional a la entrada y adquisición de empresas extranjeras, lo que la Argentina ha hecho pero sobre lo cual otros países de América Latina tienen reservas. Por último, ni la teoría ni las pruebas sugieren que la dolarización eliminará de golpe los problemas fiscales.
La dolarización reducirá los costos (o costes, como se emplea mayoritariamente en España) del servicio de la deuda y ajustará la restricción presupuestaria del gobierno, pero no eliminará necesariamente la política fiscal de los políticos con altas tasas de descuento. Y limitará la capacidad de las autoridades para absorber los problemas resultantes. Estas conclusiones respaldan el enfoque argentino, en el que se lleva a cabo una larga serie de reformas políticas durante un decenio, al final del cual la dolarización sirve para fijar una reforma fundamental al hacer prácticamente imposible que el gobierno vuelva a sus viejas y malas costumbres inflacionistas. Plantean dudas sobre la conveniencia de la dolarización para un país como el Ecuador, donde la reforma apenas ha comenzado. Ponen en duda las afirmaciones de que esas otras reformas se derivarán necesariamente de la decisión de dolarizar. Podrían, pero si no lo hacen, los riesgos son considerables. A diferencia de lo que ocurrió en países como la Argentina, donde parecía que se habían sentado, antes de su fuerte crisis (del corralito) las bases para la dolarización y se pueden prever claramente los resultados, la dolarización por parte de países en crisis es una apuesta arriesgada. Revisor: Lawrence
Significado de Dolarización
Se ha definido dolarización, en el contexto de las politicas económicas,de la siguiente forma: Algunos países pequeños han adoptado el dólar como moneda de curso legal. Nunca te pierdas una historia sobre derecho bancario y financiero, de esta revista de derecho empresarial:
Se han dolarizado.
Tal es el caso del Salvador, en el cual junto al “colón”, su moneda tradicional, circula el dólar norteamericano.
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De hecho la masiva circulación de dólares ha hecho reducir a la mínima expresión la circulación del colón.
Lo mismo se hizo en Ecuador, donde el “sucre” sobrevive como moneda fraccionaria. Panamá, desde sus comienzos utiliza el dólar, aunque mantiene el “balboa” como unidad de cuenta.
En otros países de América Latina, aunque no formalmente dolarizados, muchas transacciones importantes se hacen en dólares. Algunos países pequeños de Europa del este han adoptado el euro como moneda propia, sin ser miembros de la Unión Monetaria. Nunca te pierdas una historia sobre derecho bancario y financiero, de esta revista de derecho empresarial:
Se han “eurizado”.[1]
Dolarización en Economía
En inglés: Dollarization in economics. Véase también acerca de un concepto similar a Dolarización en economía.
Introducción a: Dolarización en este contexto
Este artículo se centra en la dolarización, situación en la que una moneda extranjera (a menudo el dólar estadounidense) sustituye a la moneda de un país en el desempeño de una o varias de las funciones básicas del dinero. Este tema puede ser de interés para los economistas profesionales. Nunca te pierdas una historia sobre derecho bancario y financiero, de esta revista de derecho empresarial:
Se discute la distinción entre dolarización oficial y dolarización endógena, así como los conceptos de sustitución de moneda y dolarización de pasivos. Nunca te pierdas una historia sobre derecho bancario y financiero, de esta revista de derecho empresarial:
Se destacan las implicaciones para la política monetaria y cambiaria. Este artículo tratará de equilibrar importantes preocupaciones teóricas con debates empíricos clave para ofrecer una visión general de este importante tema sobre: Dolarización. Para tener una panorámica de la investigación contemporánea, puede interesar asimismo los textos sobre economía conductual, economía experimental, teoría de juegos, microeconometría, crecimiento económico, macroeconometría, y economía monetaria.
Datos verificados por: Sam.
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Recursos
A continuación, ofrecemos algunos recursos de esta revista de derecho empresarial que pueden interesar, en el marco de la teoría y práctica del derecho bancario y financiero, sobre el tema de este artículo.
Notas y Referencias
Concepto de dolarización, procedente de Luis de Sebastián, Breve Antología de Términos Económicos, Cristianisme i Justícia (Fundació Lluís Espinal), Barcelona, España
Véase También
Moneda común
Acuerdo de junta monetaria (ACM)
Disciplina financiera
Euro
Regímenes de tipo de cambio
Reservas internacionales
Oferta monetaria
Monedas múltiples
Teoría de la zona monetaria óptima (ZM)
Señoreaje