Economía Histórica del Trabajo Asalariado
Este artículo es una expansión del contenido de la información sobre derecho laboral o del trabajo, en esta revista de derecho empresarial. Aparte de ofrecer nuevas ideas y consejos clásicos, examina el concepto y los conocimientos necesarios, en el marco del derecho del trabajo, sobre este tema. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, en cuanto al derecho laboral o del trabajo, y respecto a sus características y/o su futuro): Te explicamos, en relación a la seguridad social y el derecho laboral, qué es, sus características y contexto.
Economía Histórica del Trabajo Asalariado y su Perspectiva Marxista
Este artículo es una expansión del contenido de la información sobre derecho laboral o del trabajo, en esta revista de derecho empresarial. Aparte de ofrecer nuevas ideas y consejos clásicos, examina el concepto y los conocimientos necesarios, en el marco del derecho del trabajo, sobre este tema. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, en cuanto al derecho laboral o del trabajo, y respecto a sus características y/o su futuro): Te explicamos, en relación a la seguridad social y el derecho laboral, qué es, sus características y contexto. El objetivo del texto es trazar las líneas maestras de un replanteamiento total de la economía política marxiana (o de "devolver la política" a la economía marxista), a partir de las formas normativas e institucionales a través de las cuales se constituyó la relación "trabajo asalariado", en un proceso que dura siglos y que es en gran medida anterior al origen del propio capitalismo. La literatura lleva a cabo esta tarea mediante una impresionante serie de trabajos que combinan una investigación de una amplitud temporal y una diversidad de estudios de caso inigualables con un dominio excepcional de los términos del debate teórico. La génesis de la relación laboral capitalista se analiza, en parte de la literatura, mediante una indagación que abarca desde el siglo XIV hasta la primera mitad del siglo XX con rigor y coherencia expositiva. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, en cuanto al derecho laboral o del trabajo, y respecto a sus características y/o su futuro): Toma en consideración contextos extremadamente diversificados, como la formación del mercado de trabajo asalariado en Europa Occidental, la esclavitud en América, las economías mineras y de plantación en Brasil, las migraciones contratadas de los coolies, hasta el nacimiento del apartheid sudafricano.
En el curso de esta trayectoria, la literatura establece varios puntos de referencia conceptuales que marcan resultados innovadores y a menudo sorprendentes. La urgencia de esta labor de renovación conceptual viene dictada a parte de la literatura por la conciencia de que el mundo se enfrenta, desde principios del siglo XXI, a un "nuevo continente" que había sido excluido durante mucho tiempo de los mapas oficiales de la ortodoxia marxista, diversamente codificada. El campo histórico de la acumulación capitalista se desarrolla en el libro según unas coordenadas que desafían las posiciones estructuralistas consolidadas. Estas últimas habían confinado la codificación de la relación laboral en el capitalismo al terreno de la "superestructura".
En esta perspectiva, la función de las garantías formales de los derechos y libertades individuales de los trabajadores, con sus correspondientes deberes, era la de permitir, al tiempo que enmascarar, la explotación inherente a la venta de la fuerza de trabajo que, en relación con esos derechos y libertades, es previa y constitutiva en su dinámica esencialmente económica de expropiación y dominación. Así, el trabajo asalariado se presentaba bajo esta luz como una forma universal más refinada, acumulativamente perfeccionada y necesaria de empleo del proletariado por parte del capital. A principios del siglo XXI, parte de la doctrina invierte completamente los términos de la cuestión y demuestra cómo la relación de trabajo asalariado se constituyó históricamente sólo como una de las formas de trabajo subordinado que el capital ha empleado desde mucho antes del nacimiento del capitalismo en el intento de atender a su imperativo y desafío central: a saber, inmovilizar el cuerpo del proletario, atarlo a la relación de trabajo e impedir su huida, la ruptura del contrato y la negativa a trabajar. Así, dentro del capitalismo global, otras formas de explotación han coexistido de manera a menudo inestable y cambiante con el trabajo asalariado "libre", y el trabajo no libre ocupó a menudo una posición complementaria con este último en el vasto campo de las estrategias destinadas a disciplinar a las clases subalternas. Las formas de trabajo servil, esclavizado o en régimen de servidumbre están lejos de representar meros arcaísmos, ajustes transitorios o residuos de atraso en las sociedades "tradicionales" destinadas a ser eliminadas por la "modernización" en nombre de la cual una gran parte de los reformismos del siglo pasado apoyaron diversos regímenes coloniales y neocoloniales-. Por el contrario, jugaron un papel constitutivo en la trayectoria histórica del capitalismo, y el autor sugiere que lo siguen jugando en la medida en que el Occidente industrializado combina la libertad y el derecho a la ciudadanía de que gozan los trabajadores autóctonos, como condiciones para "confiarlos" a un proceso productivo de incremento del "capital humano", con la persistencia de políticas de control burocrático de las tendencias migratorias y de limitación del estatus jurídico y de la movilidad, a través de las cuales las nuevas multitudes migrantes quedan, viceversa, atadas a su trabajo en ocupaciones más vulnerables, sujetas a chantaje y opresivas. La coexistencia de "ciudadanía" y formas coercitivas y antidemocráticas de "sujeción" constituye un rasgo distintivo del capitalismo en su hechura global incluso en lo que se sigue denominando el "Sur" del globo. El cuestionamiento del concepto de "trabajo asalariado" lleva a la doctrina aludida a una conclusión que tiene una enorme relevancia teórica y significado político: el proletariado como sujeto unitario abstracto de la opresión capitalista pretendido en la vulgata marxiana como premisa de liberación y horizonte teleológico de resistencia tiende a desaparecer de la vista.
En su lugar, encontramos múltiples subjetividades que ejercen un derecho de resistencia al disciplinamiento del trabajo sobre la base de una estrategia común que puede verse a lo largo de los siglos: la de la huida. La relevancia de la huida, de la deserción, de la ruptura del contrato de trabajo, de la migración como movimiento colectivo de una fuerza de trabajo que se opone a convertirse en proletariado y que no ve tal condición como la base del futuro progreso social, lleva al autor a una lectura del capitalismo que ya no hace central el momento de la dominación mientras confina la "resistencia" a un papel puramente reactivo de preparación a la ocurrencia de alguna "necesidad histórica". Al mismo tiempo, permite evitar caer en la trampa opuesta, la de apoyar una visión ilustrada de la libertad individual o la de idealizar una dimensión de evidencia "microhistórica" de la comunidad como residuo de formas sociales ajenas al capitalismo. Por el contrario, es la trayectoria histórica de este último la que se desprende del libro como desigual, tortuosa y en gran medida incompleta, en la medida en que la insurgencia antagónica de la subjetividad que se quiere poner en marcha determina la aparición de nuevas formas normativas y contractuales, una jerarquización de los derechos y nuevas combinaciones de trabajo libre y no libre, que a su vez se invierten súbitamente por la aparición de nuevas formas de huida, de rechazo de la multitud a ser codificada en lo que se quiere que sea una división ordenada, ahora global, del trabajo.
Al subrayar el papel de las normas y de las instituciones en la definición de las formas contractuales de codificación del derecho, se marca un decisivo punto de separación con la tradición del "marxismo estructuralista". En otras palabras, el capitalismo no es considerado en primer lugar como la extensión imparable del mercado y de la mercantilización universal de las condiciones de subsistencia transformadas en factores productivos, frente a lo cual el derecho y las instituciones cumplen esencialmente un papel de codificación, perpetuación y mistificación.
Curiosamente, la versión leninista de la extinción del Estado, la lectura keynesiana del Estado como corrector de la falta de fiabilidad del mercado y el planteamiento liberalista del "Estado mínimo" y la centralidad de los mercados autorregulados comparten esta visión particular.
Según algunos autores, en abierta polémica con otros (de forma similar al análisis de Mark Granovetter sobre el mercado capitalista como profundamente "enraizado", o incrustado, en las formas sociales), las instituciones y las normas reguladoras no intervienen meramente a posteriori, para remediar las consecuencias sociales indeseables producidas por un mercado "no regulado". Por el contrario, las formas jurídicas y políticas de control sobre el trabajo ocupan en esta línea de pensamiento un lugar central en el vasto arsenal de estrategias con las que el capital intenta continuamente resolver, con un éxito sólo parcial, el dilema planteado por la "facultad de huir" del trabajador.
Parte de la literatura de principios del siglo XXI basa su razonamiento sobre esta cuestión en una lectura absolutamente original de la tradición metodológica del "neoinstitucionalismo", de la economía de las convenciones y de los costes de transacción, tal como la sistematizaron varios autores. De esta reelaboración crítica de las corrientes teóricas dominantes surge una lectura del capitalismo alejada de la impersonal y ordenadora de sus apologistas, como un modo de producción que más que adoptar métodos y estrategias de empleo del trabajo "óptimos", desde el punto de vista de la racionalidad y la eficiencia, debe recurrir constantemente a barreras y limitaciones impuestas jurídicamente para controlar "externalidades" independientes de su diseño. Mediante un rico repertorio de estrategias cotidianas de subversión social, la más resistente de estas "externalidades", a la que debe referirse cualquier lectura del capitalismo que no quiera arrinconar la subjetividad de la multitud, viene dada por un constante deseo de huida animado por un mundo de socialidad, afectos y sensualidad sencillamente refractario al paradigma del trabajo.
Datos verificados por: Max Asunto: derecho-laboral.
Asunto: salario. Asunto: trabajadores.
Asunto: marxismo.
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Recursos
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Véase También
Economía Histórica, Trabajo Asalariado, Salario