Etnografía del Desarrollo Sostenible
Este artículo es una expansión del contenido de la información sobre derecho ambiental, en esta revista de derecho de empresa. Aparte de ofrecer nuevas ideas y consejos clásicos, examina el concepto y los conocimientos necesarios para sobresalir, sobre este tema. Te explicamos, en el contexto del medio ambiente, qué es, sus características y contexto. Un modo de desarrollo que garantice la satisfacción de las necesidades básicas de las generaciones actuales, especialmente de las más pobres, salvaguardando al mismo tiempo la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. El término "desarrollo sostenible" apareció por primera vez en Nuestro Futuro Común, un informe publicado por las Naciones Unidas en 1987, bajo la dirección de la presidenta de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo, Gro Harlem Brundtland. El objetivo era poner de relieve un modo de desarrollo que permitiera "satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades", y por tanto considerar el patrimonio ecológico (aire, agua, materias primas) como una reserva de recursos cuya extracción no debe superar su capacidad de renovación natural. Así, el desarrollo sostenible se basa en la solidaridad entre generaciones. A la publicación del Informe Brundtland le siguió la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro (Brasil) en 1992. Por iniciativa de las Naciones Unidas, 150 jefes de Estado y de Gobierno, así como representantes de grandes empresas y numerosas organizaciones no gubernamentales (ONG), se comprometieron a adoptar una estrategia mundial de desarrollo sostenible. El interés de las autoridades científicas por la relación entre los recursos naturales de que dispone una población a medio y largo plazo y su utilización con fines de producción y consumo no es nuevo. El economista británico Thomas Robert Malthus (1766-1834), en su Ensayo sobre el principio de la población (1798), ya señaló la discrepancia entre el crecimiento de la población y el aumento de la subsistencia. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, respecto a sus características y/o su futuro): Dos siglos después, en 1972, el Club de Roma encargó un informe al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, Estados Unidos) sobre las perspectivas a largo plazo de la humanidad. Este informe (The Limits To Growth) aplicó el método denominado "dinámica de sistemas", y relacionó cinco parámetros: el aumento de la población mundial, la industrialización, el agotamiento de los recursos naturales no renovables, la producción de alimentos y la degradación del medio ambiente asociada al modelo de crecimiento industrial. Las conclusiones del informe son especialmente pesimistas: la humanidad está al borde de la extinción y es imperativo detener la búsqueda desenfrenada del crecimiento económico. La teoría neoclásica del crecimiento económico supone esencialmente la realización de una combinación productiva de trabajo y capital. Los recursos naturales no se consideran bienes escasos, a diferencia de los productos de la industria humana, ya que no tendrían precio. Así, las materias primas minerales y agrícolas, así como el agua, sólo se contabilizan por sus costes de extracción en los sistemas de contabilidad nacionales. Además, los costes externos asociados a la producción, como la contaminación del suelo, del agua o del aire, no se tienen en cuenta negativamente en el cálculo del PIB. Sin embargo, la supervivencia de la población mundial está determinada por la reproducción de las condiciones ambientales necesarias para la producción de bienes y servicios económicos. Datos verificados por: Christian
Nunca te pierdas una historia sobre medio ambiente de esta revista de derecho empresarial.
Etnografía del Desarrollo Sostenible
Replanteo
El concepto de "desarrollo sostenible" plantea dos cuestiones antropológicas inmediatas.
En primer lugar, ¿qué tipo de desarrollo es el sostenible? Y en segundo lugar, ¿qué entendemos por sostenible? Sostenido, pero ¿cómo y durante cuánto tiempo? ¿Quién o qué se sostiene? Esta expresión, misteriosamente amplia y útilmente ambigua, se ha utilizado en todas las industrias basadas en el mercado, desde las más ecológicas hasta las que más combustibles fósiles emiten. También ha sido desplegada por municipios, gobiernos regionales, estados nacionales, entidades multilaterales y organizaciones no gubernamentales para una vertiginosa variedad de proyectos. Una de las definiciones de desarrollo sostenible más conocidas y citadas convencionalmente procede del Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1987 sobre "Nuestro futuro común". La comisión estaba presidida por Gro Harlem Brundtland, la primera mujer primer ministro de Noruega. Conocido como el Informe Brundtland, condensa un esfuerzo inicial por pensar en el medio ambiente y el desarrollo conjuntamente en la gobernanza mundial (o global) de finales de la Guerra Fría. El informe definía el desarrollo sostenible como el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Las Naciones Unidas, el Banco Mundial y otras innumerables organizaciones multilaterales citan habitualmente esta definición básica. El portal de Desarrollo Sostenible de la UNESCO profundiza en ella, presentando la sostenibilidad como un paradigma (un conjunto de principios, doctrinas y teorías relacionadas que ayudan a estructurar el proceso de investigación intelectual) para pensar en el futuro en el que las consideraciones ambientales, sociales y económicas se equilibran en la búsqueda de una mejor calidad de vida. Gran parte de la financiación (o financiamiento) internacional para el desarrollo de esas organizaciones se dirige a programas y proyectos que pretenden alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, un conjunto de metas para 2030 que implican medidas para eliminar la pobreza y proteger los ecosistemas. Sin embargo, los estudiosos sólo pueden entender lo que significa realmente el desarrollo sostenible si se adentran en la vida económica cotidiana.
En las últimas décadas, los antropólogos y los teóricos críticos del desarrollo han hecho grandes esfuerzos para ir más allá de la medición del desarrollo sostenible mediante indicadores agregados convencionales.
Han defendido la necesidad de realizar análisis más sofisticados que preguntar si el desarrollo sostenible se está produciendo.
En su lugar, han centrado su atención en cómo se componen, producen y experimentan las situaciones de desarrollo sostenible; a quién beneficia y perjudica un marco de desarrollo sostenible; y cuáles son sus consecuencias, tanto intencionadas como no intencionadas, en un mundo en el que el desarrollo ha sido espectacularmente desigual siguiendo las líneas trazadas por los patrones de desigualdad geopolítica a largo plazo y los legados duraderos del colonialismo.
En pocas palabras, para afianzar el desarrollo sostenible, los estudiosos deben saber lo que ocurre realmente sobre el terreno en la vida cotidiana de la gente corriente. De hecho, se ha identificad el desarrollo como un concepto vacío. Por esta razón, los antropólogos han tenido mucho que decir sobre cómo funciona realmente el desarrollo, sobre lo que requiere para ser representado como duradero por más tiempo que un simple auge o empuje -en otras palabras, sostenible- y sobre por qué esta frase ha cautivado a un mundo de gobiernos, actores de la sociedad civil, ciudadanos y sujetos en busca de una vida mejor.
En particular, los antropólogos y los estudiosos de campos afines llevan muchas décadas invirtiendo en el proyecto de entender cómo la gente conceptualiza el desarrollo sostenible en su vida cotidiana. Quizá la definición más útil del desarrollo sostenible en la actualidad sea la siguiente: un esfuerzo por ampliar el capitalismo prestando a menudo una atención simbólica a las limitaciones medioambientales o económicas.
Los discursos sobre el desarrollo sostenible representan esta extensión como potencialmente ilimitada cuando se hace de la manera correcta. Por ejemplo, muchos proyectos de desarrollo localizados en todo el mundo combinan la formación en una ética del microemprendimiento con las promesas de consumo y lujo que posibilita la mejora de los medios de vida.
Sin embargo, esta noción choca con dos límites importantes: la disponibilidad finita de recursos extraíbles y el cambio climático antropogénico, consecuencia del uso intensivo de energía que subyace al capitalismo contemporáneo. Los estudios antropológicos sobre el desarrollo sostenible sugieren de forma abrumadora que el concepto da prioridad a lo económico sobre lo medioambiental y lo social. A continuación, este artículo analiza las interrupciones e interrogaciones antropológicas del concepto desde el ámbito íntimo y local de las vidas económicas, pasando por la ecología política de la extracción de recursos, hasta la emergente etnografía del cambio climático. El artículo no es exhaustivo, sino que sigue una selección de conversaciones académicas sobre el desarrollo sostenible. Con la escala como núcleo analítico, el artículo se desplaza hacia fuera en el espacio y el tiempo. A continuación, presenta un breve resumen de las conversaciones antropológicas en torno al desarrollo, la sostenibilidad y el cambio climático, y luego aborda el desarrollo sostenible de cerca en lugares donde se ha utilizado como instrumento disciplinario a corto plazo para transformar a personas concretas identificadas como pobres en empresarios. A continuación, el artículo se aleja para ver las grandes industrias extractivas como sujetos e impulsores de una iteración a mayor escala y a más largo plazo del desarrollo sostenible dentro de las dependencias de los recursos del capitalismo tardío. A continuación, se aleja aún más para analizar el cambio climático, una cuestión de máxima urgencia que afecta al planeta de forma generalizada pero desigual y que sugiere que la capacidad de carga a largo plazo de muchos ecosistemas ya se ha superado. El cambio climático es a la vez grave y ambiguo.
Ha sido a la vez un impulso para (re)pensar los enfoques principales del desarrollo sostenible dentro del capitalismo alimentado por los combustibles fósiles, pero también es el punto final lógico extremo de los proyectos y políticas de desarrollo sostenible que hacen un énfasis abrumadoramente claro en la sostenibilidad económica. A través de las tres escalas de desarrollo sostenible esbozadas en este artículo, quedará claro que los antropólogos han estado elaborando una teoría emergente de la justicia medioambiental como respuesta -a veces implícita, otras veces explícita- a la expansión de los marcos del capitalismo extractivo. Esta es la dirección que debería tomar la antropología del desarrollo sostenible. Datos verificados por: Thompson Asunto: ciencias. Tema: ambiente-y-sostenibilidad. Tema: sostenibilidad. Tema: reciente-sostenibilidad. Asunto: derecho-ambiental.
Nunca te pierdas una historia sobre medio ambiente de esta revista de derecho empresarial.
Recursos
A continuación, ofrecemos algunos recursos de esta revista de derecho empresarial que pueden interesar, en el marco del medio ambiente y su regulación, sobre el tema de este artículo.
Notas y Referencias
Véase También
Ayuda al Desarrollo, Ayuda Humanitaria, Bancos de Desarrollo, Conservación de la Naturaleza, Desarrollo, Desarrollo sostenible,