Gestionar el Riesgo Climático en el Sistema Financiero
Este artÃculo es una expansión del contenido de la información sobre derecho ambiental, en esta revista de derecho de empresa. Aparte de ofrecer nuevas ideas y consejos clásicos, examina el concepto y los conocimientos necesarios para sobresalir, sobre este tema. Te explicamos, en el contexto del medio ambiente, qué es, sus caracterÃsticas y contexto.
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Gestión del Riesgo Climático en el Sistema Financiero de los Estados Unidos
El cambio climático supone un gran riesgo para la estabilidad del sistema financiero de los Estados Unidos y para su capacidad de sostener la economÃa estadounidense. El cambio climático ya está afectando o se prevé que afecte a casi todas las facetas de la economÃa, incluidas la infraestructura, la agricultura, la propiedad residencial y comercial, asà como la salud humana y la productividad laboral. Con el tiempo, si no se adoptan medidas significativas para frenar el aumento de las temperaturas medias mundiales, los impactos del cambio climático podrÃan perjudicar la capacidad productiva de la economÃa y socavar su capacidad para generar empleo, ingresos y oportunidades. Incluso en los escenarios optimistas de reducción de emisiones, los Estados Unidos, junto con paÃses de todo el mundo, tendrán que seguir haciendo frente en cierta medida a los impactos relacionados con el cambio climático. Esta realidad plantea riesgos complejos para el sistema financiero de los Estados Unidos. Los riesgos incluyen ajustes desordenados de los precios en varias clases de activos, con posibles desbordamientos en diferentes partes del sistema financiero, asà como una posible interrupción del funcionamiento adecuado de los mercados financieros. Asunto: mercados-financieros-mundiales. Además, el propio proceso de lucha contra el cambio climático -que exige una transición en gran escala a una economÃa de emisiones netas nulas- planteará riesgos para el sistema financiero si los mercados y los participantes en el mercado resultan incapaces de adaptarse a los rápidos cambios en las polÃticas, la tecnologÃa y las preferencias de los consumidores. A su vez, las tensiones del sistema financiero pueden exacerbar aún más las perturbaciones de la actividad económica, por ejemplo, limitando la disponibilidad de crédito o reduciendo el acceso a determinados productos financieros, como los instrumentos de cobertura y los seguros. Una de las principales preocupaciones de los reguladores es lo que no sabemos. Si bien la comprensión de determinados tipos de riesgos climáticos está avanzando rápidamente, la comprensión de la forma en que los diferentes tipos de riesgos climáticos podrÃan interactuar sigue estando en una etapa incipiente. Los riesgos fÃsicos y de transición pueden desarrollarse en paralelo, agravando el desafÃo. Los riesgos climáticos también pueden exacerbar las vulnerabilidades del sistema financiero que tienen poco que ver con el cambio climático, como los niveles históricamente altos de apalancamiento empresarial. Esto es particularmente preocupante a corto y mediano plazo, ya que es probable que la pandemia de COVID 19 deje tras de sà balances estresados, presupuestos gubernamentales tensos y una riqueza de los hogares agotada, que, en conjunto, socavan la resistencia del sistema financiero a futuras perturbaciones. El mensaje central de la publicación completa es que los reguladores financieros de los Estados Unidos deben reconocer que el cambio climático plantea graves riesgos emergentes para el sistema financiero de los Estados Unidos, y deben actuar con urgencia y decisión para medir, comprender y abordar estos riesgos. Para lograr este objetivo es necesario fortalecer las capacidades, la experiencia, los datos y las herramientas de los reguladores para supervisar, analizar y cuantificar mejor los riesgos climáticos. Exige trabajar en estrecha colaboración con el sector privado para garantizar que las instituciones financieras y los participantes en el mercado hagan lo mismo. Y exige opciones polÃticas y reglamentarias flexibles, abiertas y adaptables a la nueva información sobre el cambio climático y sus riesgos, basadas en un diálogo estrecho e iterativo con el sector privado. Al mismo tiempo, la comunidad financiera no debe limitarse a reaccionar, sino que debe aportar soluciones. Los reguladores deberÃan reconocer que el sistema financiero puede ser en sà mismo un catalizador de inversiones que aceleren la capacidad de recuperación de la economÃa y la transición a una economÃa de emisiones netas nulas.
Más Información
Las innovaciones financieras, en forma de nuevos productos, servicios y tecnologÃas financieras, pueden ayudar a la economÃa de los Estados Unidos a gestionar mejor el riesgo climático y ayudar a canalizar más capital hacia tecnologÃas esenciales para la transición.
Resultados del informe
La publicación completa comienza con un hallazgo fundamental: los mercados financieros sólo podrán canalizar recursos de manera eficiente hacia actividades que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero si se establece un precio del carbono para toda la economÃa a un nivel que refleje el verdadero costo social de esas emisiones. Para hacer frente al cambio climático se necesitarán marcos de polÃticas que incentiven la reducción justa y efectiva de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En ausencia de ese precio, los mercados financieros funcionarán de manera subóptima y el capital seguirá fluyendo en la dirección equivocada, en lugar de acelerar la transición hacia una economÃa de emisiones netas cero. Al mismo tiempo, los encargados de la formulación de polÃticas deben ser sensibles a los efectos distributivos de la fijación de los precios del carbono y otras polÃticas y garantizar que la carga no recaiga en los hogares de ingresos bajos a moderados y en las comunidades históricamente marginadas.
En el presente informe se reconoce que la fijación de precios del carbono está fuera del alcance de los reguladores financieros; es tarea del Congreso. Una conclusión central de este informe es que el cambio climático podrÃa plantear riesgos sistémicos para el sistema financiero de los Estados Unidos. Se prevé que el cambio climático afectará a múltiples sectores, geografÃas y activos en los Estados Unidos, a veces simultáneamente y en un plazo relativamente corto. Como se ha mencionado anteriormente, los riesgos de transición y fÃsicos, asà como los riesgos climáticos y no climáticos, podrÃan interactuar entre sÃ, amplificando los choques y las tensiones. Esto plantea la perspectiva de repercusiones que podrÃan perturbar múltiples partes del sistema financiero simultáneamente.
Además, las conmociones sistémicas son más probables en un entorno en el que los activos financieros no reflejan plenamente los riesgos fÃsicos y de transición relacionados con el clima.
Una revisión repentina de las percepciones del mercado sobre el riesgo climático podrÃa dar lugar a una revaloración desordenada de los activos, lo que a su vez podrÃa tener efectos en cascada en las carteras y los balances y, por consiguiente, consecuencias sistémicas para la estabilidad financiera. Al mismo tiempo, en el presente informe se concluye que los reguladores también deberÃan preocuparse por el riesgo de las perturbaciones "subsistémicas" relacionadas con el clima.
En este informe se definen las perturbaciones subsistémicas como las que afectan a los mercados o instituciones financieras de un sector, una clase de activos o una región del paÃs en particular, pero sin amenazar la estabilidad del sistema financiero en su conjunto. Esto es especialmente pertinente en el caso de los Estados Unidos, habida cuenta del tamaño del paÃs y de su sistema financiero, que incluye miles de instituciones financieras, muchas de ellas reguladas a nivel estatal. Las crisis subsistémicas relacionadas con el cambio climático pueden socavar la salud financiera de los bancos comunitarios, los bancos agrÃcolas o los mercados locales de seguros, dejando a las pequeñas empresas, los agricultores y los hogares sin acceso a servicios financieros fundamentales. Esto es particularmente perjudicial en las zonas que ya están desatendidas por el sistema financiero, que incluye comunidades de ingresos bajos a moderados y comunidades históricamente marginadas. El informe concluye que, en general, la legislación vigente ya proporciona a los reguladores financieros de los Estados Unidos autoridades amplias y flexibles que podrÃan utilizarse para empezar a abordar ahora el riesgo financiero relacionado con el clima. Esto se aplica a cuatro áreas: la supervisión del riesgo financiero sistémico, la gestión de riesgos de mercados e instituciones financieras particulares, la divulgación de información y la protección de los inversores, y la salvaguardia de los servicios públicos del sector financiero.
Sin embargo, en la actualidad, estas autoridades y herramientas no se están utilizando plenamente para supervisar y gestionar eficazmente el riesgo climático. Tal vez sea necesario elaborar nuevas normas y, en algunos casos, leyes para asegurar una respuesta nacional coordinada. Si bien algunos de los primeros en adoptarlas han avanzado más rápidamente que otros en los últimos años, los organismos reguladores y los participantes en el mercado de todo el mundo se encuentran por lo general en las primeras etapas de la infravaloración y la experimentación de la mejor manera de vigilar y gestionar el riesgo climático.
Habida cuenta de las considerables complejidades y dificultades en materia de datos que ello entraña, en el presente informe se señala la necesidad de que los organismos reguladores y los participantes en el mercado adopten enfoques pragmáticos que hagan hincapié en la vigilancia continua, la experimentación, el aprendizaje y la coordinación mundial. Los enfoques reglamentarios en esta esfera están evolucionando y deben seguir abiertos al perfeccionamiento, especialmente a medida que siga avanzando la comprensión del riesgo climático y se disponga de nuevos datos e instrumentos. La insuficiencia de datos e instrumentos analÃticos para medir y gestionar los riesgos financieros relacionados con el clima sigue siendo una limitación fundamental. Para llevar a cabo un análisis de los riesgos climáticos que pueda servir de base para la adopción de decisiones en todo el sistema financiero, los organismos reguladores y las instituciones financieras necesitan datos y proyecciones fiables, coherentes y comparables sobre los riesgos climáticos, la exposición, la sensibilidad, la vulnerabilidad y la adaptación y la capacidad de recuperación.
Es probable que aumente la demanda de acceso público y abierto a los datos climáticos, incluidos los datos primarios recopilados por el gobierno.
Los datos públicos permitirán a los participantes en el mercado, entre otras cosas, comparar la información de divulgación disponible públicamente y los productos financieros basados en la sostenibilidad. Al mismo tiempo, los datos y productos analÃticos patentados pueden introducir innovaciones que mejoren la gestión de los riesgos climáticos.
Un desafÃo clave será la mejor manera de equilibrar la necesidad de transparencia a través de los datos públicos por un lado, con la necesidad de fomentar la innovación privada a través de los datos patentados, por otro. La falta de definiciones y normas comunes para los datos y productos financieros relacionados con el clima está obstaculizando la capacidad de los participantes en el mercado y los reguladores para vigilar y gestionar el riesgo climático. Si bien se han hecho progresos en esta esfera gracias a los marcos de divulgación voluntaria y a la labor de los reguladores extranjeros, la falta de normas, y las diferencias entre las normas, sigue siendo un obstáculo para la gestión eficaz del riesgo climático. El problema se agrava por la falta de coordinación internacional en materia de normas sobre datos y metodologÃa. Es importante contar con un conjunto común de definiciones para los datos sobre el riesgo climático, incluidas las metodologÃas de modelización y cálculo, a fin de elaborar los datos coherentes, comparables y fiables necesarios para una gestión eficaz de los riesgos.
Además, las taxonomÃas o los sistemas de clasificación pueden contribuir a fomentar una mayor transparencia y comparabilidad en los mercados de productos financieros etiquetados como "verdes" o "sostenibles". El análisis de escenarios relacionados con el clima puede ser un instrumento útil para que los reguladores y los participantes en el mercado comprendan y gestionen los riesgos relacionados con el clima. Los escenarios ilustran las complejas conexiones y dependencias entre tecnologÃas, polÃticas, geografÃas, comportamientos sociales y resultados económicos a medida que el mundo se dirige hacia un futuro de emisiones netas cero. El análisis de escenarios puede ayudar a las organizaciones a integrar los riesgos y oportunidades climáticos en un marco más amplio de gestión de riesgos, asà como a comprender el posible impacto a corto plazo de determinados acontecimientos desencadenantes. El análisis de escenarios está ganando terreno en varios contextos, tanto a nivel nacional como internacional, y los reguladores utilizan cada vez más el análisis de escenarios para fomentar una mayor conciencia de los riesgos entre los agentes del mercado financiero. Sin embargo, hay que reconocer las limitaciones del análisis de escenarios. Si bien son útiles, los escenarios climáticos y los modelos que los analizan tienen importantes limitaciones. Los escenarios son sensibles a los supuestos y parámetros clave, la mayorÃa han sido desarrollados para fines distintos del análisis de riesgos financieros y no pueden captar plenamente todos los posibles efectos de los resultados climáticos y de las polÃticas. El análisis de escenarios deberÃa ocupar un lugar valioso en el conjunto de herramientas de gestión de riesgos, pero deberÃa utilizarse con plena conciencia de lo que puede y no puede hacer. La divulgación por parte de las empresas de información sobre los riesgos financieros materiales relacionados con el clima es un elemento esencial para asegurar que los riesgos climáticos se midan y gestionen eficazmente. La divulgación de esa información permite a los reguladores financieros y a los participantes en el mercado comprender mejor los efectos del cambio climático en los mercados y las instituciones financieras. Los emisores de valores pueden utilizar la divulgación para comunicar información sobre riesgos y oportunidades a los proveedores de capital, los inversores, los clientes de derivados y las contrapartes, los mercados y los reguladores. Los emisores de valores también pueden utilizar la divulgación para aprender de sus pares sobre la estrategia relacionada con el clima y las mejores prácticas de gestión de riesgos. Los inversores pueden utilizar la información relacionada con el clima para evaluar los riesgos de las empresas, los márgenes, los flujos de efectivo y las valoraciones, lo que permite a los mercados fijar el precio del riesgo con mayor precisión y facilita la asignación del capital en función del riesgo. La demanda de divulgación de información sobre riesgos financieros materiales y relacionados con el clima sigue creciendo, y las iniciativas de presentación de informes han dado lugar a importantes avances. Los inversores y los agentes de los mercados financieros llevan mucho tiempo pidiendo que se divulgue información sobre los riesgos climáticos que sea útil para la toma de decisiones, y en 2019, más de 630 inversores que gestionan más de 37 billones de dólares firmaron la Declaración Mundial de los Inversores ante los Gobiernos sobre el Cambio Climático, en la que se pedÃa a los gobiernos que mejoraran la información financiera relacionada con el clima. Se han elaborado marcos de divulgación para mejorar la calidad y la comparabilidad de las declaraciones de las empresas, en particular, el Grupo de Trabajo sobre divulgación de información financiera relacionada con el clima.
Además, en 2010, la Comisión de Valores y Bolsa de los Estados Unidos (SEC) publicó la GuÃa de la Comisión sobre la Divulgación relacionada con el Cambio Climático, que proporciona a las empresas públicas una guÃa interpretativa sobre los requisitos de divulgación de la SEC existentes en lo que respecta al cambio climático. Sin embargo, el régimen de divulgación existente no ha dado lugar a divulgaciones de un alcance, amplitud y calidad que sean suficientemente útiles para los participantes en el mercado y los reguladores. Si bien las tasas de divulgación tienden a ser positivas, en una actualización publicada por la TCFD se comprobó que las empresas encuestadas sólo proporcionaron, en promedio, 3,6 del total de 11 divulgaciones recomendadas por la TCFD. Las grandes empresas divulgan cada vez más información relacionada con el clima, pero sigue habiendo variaciones significativas en la información que divulga cada empresa, lo que dificulta que los inversores y otras personas comprendan la exposición y gestionen los riesgos climáticos.
Además, las Orientaciones de la SEC para 2010 no han dado lugar a una divulgación de alta calidad en todas las empresas estadounidenses que cotizan en bolsa; podrÃan actualizarse a la luz de los avances mundiales de los últimos 10 años. Además de la ausencia de un régimen de fijación de precios del carbono en toda la economÃa de los Estados Unidos, otras barreras están impidiendo que el capital fluya hacia actividades sostenibles y con bajas emisiones de carbono.
Uno de ellos es la percepción errónea de los principales inversionistas de que las inversiones sostenibles o ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) implican necesariamente el intercambio de rendimientos financieros en relación con las estrategias de inversión tradicionales. Otra es que el mercado de los productos considerados ampliamente como "ecológicos" o "sostenibles" sigue siendo pequeño en relación con las necesidades de los inversores institucionales.
Además, la falta de confianza en el mercado por las preocupaciones de un posible "lavado verde" (afirmaciones engañosas sobre la medida en que un producto o servicio financiero es verdaderamente inocuo para el clima o sostenible desde el punto de vista ambiental) puede estar frenando el mercado. Y la incertidumbre polÃtica también sigue siendo un obstáculo, incluso en ámbitos como la reglamentación que afecta a los productos financieros que las empresas estadounidenses pueden ofrecer a sus empleados a través de sus planes de jubilación proporcionados por el empleador. Estas barreras pueden abordarse a través de una variedad de iniciativas. Por ejemplo, una amplia gama de esfuerzos gubernamentales -a través de garantÃas de crédito y otros medios para atraer capital privado reduciendo los riesgos de las inversiones con bajas emisiones de carbono- catalizan los flujos de capital hacia la innovación y el despliegue de tecnologÃas de emisiones netas cero.
Un nuevo paraguas federal unificado podrÃa ayudar a coordinar y expandir estos programas gubernamentales y aprovechar el capital institucional para maximizar el impacto y alinear los diversos programas federales. Los laboratorios de financiación (o financiamiento) del clima, los areneros de regulación y otras iniciativas de regulación también pueden impulsar la innovación mejorando el diálogo y el aprendizaje tanto para los reguladores como para los innovadores del mercado, asà como a través de aceleradores de negocios, subvenciones y concursos que proporcionen premios en áreas especÃficas de necesidad.
Además, la aclaración de las reglamentaciones existentes sobre el deber fiduciario, incluidas, por ejemplo, las relativas a los planes de jubilación y pensiones, para confirmar la conveniencia de adoptar decisiones de inversión utilizando factores relacionados con el clima -y, en términos más generales, los factores de ESG que influyen en el riesgo-rendimiento- puede ayudar a desbloquear la corriente de capital hacia las actividades e inversiones sostenibles. Los mercados de derivados pueden ser parte de la solución.
Se podrÃan hacer refinamientos o modificaciones a los instrumentos existentes para reducir la exposición al riesgo de los participantes en los mercados de derivados. Por ejemplo, las bolsas de derivados de productos básicos podrÃan abordar las cuestiones climáticas y de sostenibilidad incorporando elementos de sostenibilidad en los contratos existentes y elaborando nuevos contratos de derivados para cubrir los riesgos relacionados con el clima. Entre los nuevos productos podrÃan figurar los derivados meteorológicos, los gases de efecto invernadero y los derivados de la generación de energÃa renovable y la electricidad.
Sin embargo, el desarrollo de nuevos derivados requerirá que los datos pertinentes relacionados con el clima sean transparentes, fiables y que los participantes en el mercado confÃen en ellos. Esto también se aplica a una amplia gama de clases de activos que pueden dirigir el capital a oportunidades relacionadas con el clima y ayudar a gestionar el riesgo climático. Los reguladores de los Estados Unidos no están solos a la hora de afrontar el cambio climático como un riesgo del sistema financiero; el compromiso internacional de los Estados Unidos podrÃa ser mucho más sólido. Los reguladores financieros y otros agentes han puesto en marcha importantes iniciativas para hacer frente al desafÃo. Los Estados Unidos ya participan en el grupo de trabajo sobre el clima del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, la red de finanzas sostenibles de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (OICV) y los comités pertinentes de la Junta de Estabilidad Financiera (FSB) para estudiar los riesgos financieros relacionados con el clima.
Sin embargo, a nivel federal, los Estados Unidos todavÃa no son miembros de la Red de Bancos Centrales y Supervisores para la ecologización del sistema financiero (NGFS), la Coalición de Ministros de Finanzas para la Acción Climática o el Foro de Seguros Sostenibles (FSI). El Grupo de los Siete (G7) y el Grupo de los Veinte (G20), en el que los Estados Unidos desempeñan un papel central, también podrÃan abordar este desafÃo y promover la cooperación internacional, pero sólo si los Estados Unidos lo apoyan.
Recomendaciones principales
La lista completa de las recomendaciones del informe se encuentra al final de los capÃtulos pertinentes y se compila en un anexo al final de la publicación completa. A continuación, destacamos algunas de las más importantes. La CFTC, en su informe, recomienda que:
Los Estados Unidos deben establecer un precio para el petróleo y el gas natural. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artÃculos de esta revista, respecto a sus caracterÃsticas y/o su futuro): Debe ser justo, económico y eficaz en la reducción de las emisiones, de conformidad con el Acuerdo de ParÃs. Este es el paso más importante para gestionar el riesgo climático e impulsar la asignación adecuada de capital. (Recomendación 1)
Todos los organismos federales de reglamentación financiera pertinentes deberÃan incorporar los riesgos relacionados con el clima en sus mandatos y elaborar una estrategia para integrar esos riesgos en su labor, incluso en su actual labor de vigilancia y supervisión (Recomendación 4.1)
El Consejo de Supervisión de la Estabilidad Financiera (FSOC) -del que la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC) es miembro con derecho a voto-, como parte de su mandato de vigilar e identificar las nuevas amenazas a la estabilidad financiera, deberÃa incorporar los riesgos financieros relacionados con el clima en su actual función de supervisión, incluidos sus informes anuales y otros informes al Congreso. (Recomendación 4.2)
Los brazos de investigación de los reguladores financieros federales deberÃan realizar investigaciones sobre las implicaciones financieras de las crisis "subsistémicas" relacionadas con el clima para los mercados e instituciones financieras de determinados sectores y regiones de los Estados Unidos, incluidos, por ejemplo, los bancos agrÃcolas y comunitarios y las instituciones financieras que prestan servicios a las comunidades de ingresos bajos a moderados o marginadas. (Recomendación 4.3)
Los organismos reguladores deberÃan sumarse, como miembros de pleno derecho, a los grupos internacionales convocados para hacer frente a los riesgos climáticos, entre ellos la Red de Bancos Centrales y Supervisores para un Sistema Financiero más Ecológico (NGFS), la Coalición de Ministros de Hacienda para la Acción Climática y el Foro de Seguros Sostenibles (FSI). Los Estados Unidos también deberÃan participar activamente para asegurar que el riesgo climático figure en el programa de las reuniones y órganos del G7 y el G20, incluido el FSB y los comités y grupos de trabajo conexos. (Recomendación 4.6)
Los supervisores financieros deberÃan exigir a las empresas financieras bancarias y no bancarias que aborden los riesgos financieros relacionados con el clima a través de sus marcos de gestión de riesgos existentes de una manera que esté adecuadamente regida por las normas corporativas. Esto incluye la incorporación de la vigilancia y la gestión del riesgo climático en los marcos de gobernanza de las empresas, incluso mediante responsabilidades de supervisión claramente definidas en el consejo de administración.
(Recomendación 4.7)
En estrecha colaboración con las instituciones financieras, los organismos reguladores deberÃan realizar -y ayudar a las instituciones financieras a realizar en su propio plan piloto las pruebas de tensión del riesgo climático que se están llevando a cabo en otras jurisdicciones y que se recomiendan en el programa piloto de pruebas de tensión del riesgo climático. (Recomendación 4.8) En este contexto, los reguladores deberÃan prescribir un conjunto coherente y común de escenarios amplios de riesgo climático, directrices e hipótesis, y ordenar la evaluación en función de esos escenarios. (Recomendación 6.6)
Las autoridades financieras deberÃan considerar la integración del riesgo climático en la gestión de sus balances y en la adquisición de activos, en particular en lo relativo a la deuda corporativa y municipal. (Recomendación 4.10)
La CFTC deberÃa emprender un programa de investigación destinado a comprender cómo repercuten y podrÃan repercutir los riesgos relacionados con el clima en los mercados y los participantes en los mercados bajo la supervisión de la CFTC, incluidas las contrapartes centrales, los comerciantes de la comisión de futuros y los comerciantes y fondos especulativos; el programa de investigación también deberÃa abarcar la forma en que las capacidades y la función de supervisión de la CFTC podrÃan tener que adaptarse para cumplir su mandato a la luz del cambio climático e identificar las lagunas pertinentes en el marco normativo y de supervisión de la CFTC. (Recomendación 4.11)
Los reguladores estatales de los seguros deberÃan exigir a los aseguradores que evalúen la forma en que su actividad de suscripción y sus carteras de inversiones pueden verse afectadas por los riesgos relacionados con el clima y, sobre la base de esa evaluación, exigirles que los aborden y los divulguen (Recomendación 4.12)
Los organismos de reglamentación financiera, en coordinación con el sector privado, deben apoyar la disponibilidad de datos y análisis de los riesgos climáticos que sean coherentes, comparables y fiables, a fin de promover la medición y gestión eficaces del clima (Recomendación 5.1)
Los reguladores financieros, en coordinación con el sector privado, deben apoyar la elaboración de sistemas de clasificación o taxonomÃas normalizadas y coherentes, apropiados para los Estados Unidos, para los riesgos fÃsicos y de transición, la exposición, la sensibilidad, la vulnerabilidad, la adaptación y la resiliencia, que abarquen clases de activos y sectores, a fin de definir términos básicos que permitan comparar los datos sobre los riesgos climáticos y los productos y servicios financieros conexos. Para elaborar esta orientación, los Estados Unidos deberÃan estudiar la creación de una Organización de Desarrollo de Normas (SDO) compuesta por miembros de los sectores público y privado. (Recomendación 5.2)
Los riesgos climáticos materiales deben divulgarse con arreglo a la legislación vigente, y la divulgación de los riesgos climáticos debe abarcar los riesgos materiales durante varios años Para responder a las preocupaciones de los inversores en torno a la ambigüedad sobre el momento en que el cambio climático se eleva al umbral de la materialidad, los organismos reguladores financieros deben aclarar la definición de materialidad para la divulgación de los riesgos climáticos a mediano y largo plazo, incluso mediante factores cuantitativos y cualitativos, según proceda. (Recomendación 7.2)
A la luz de los avances mundiales logrados en los últimos diez años en la comprensión y la divulgación de los riesgos climáticos, los reguladores deben examinar y actualizar las Orientaciones de 2010 de la SEC sobre la divulgación de los riesgos climáticos a fin de lograr una mayor coherencia en la divulgación para ayudar a informar a los reguladores también deben considerar la posibilidad de elaborar normas, cuando proceda, y garantizar la aplicación de las Orientaciones. (Recomendación 7.5)
Los reguladores deberÃan exigir a las empresas que cotizan en bolsa que divulguen los alcances 1 y 2 A medida que se desarrollen mediciones fiables del riesgo de transición y metodologÃas coherentes para las emisiones de alcance 3, los reguladores financieros deberÃan exigir su divulgación, en la medida en que sean materiales. (Recomendación 7.6)
Los Estados Unidos deberÃan considerar la integración del riesgo climático en la polÃtica fiscal, en particular para las actividades de estÃmulo económico que abarcan la infraestructura, el socorro en casos de desastre u otras decisiones federales de polÃtica fiscal actuales y en curso que tengan repercusiones en el riesgo climático en todo el sistema financiero. (Recomendación 8.1)
Los Estados Unidos deberÃan consolidar y ampliar los esfuerzos gubernamentales, incluidas las autoridades de préstamos y los programas de coinversión, que se centran en abordar los fallos del mercado catalizando las actividades del sector privado relacionadas con el clima Este esfuerzo podrÃa centralizar las autoridades de préstamos para la energÃa limpia y la resistencia al clima y los programas de coinversión existentes en un paraguas federal coordinado. (Recomendación 8.2)
Los reguladores financieros deberÃan establecer laboratorios de financiación (o financiamiento) climática o cajas de arena reguladoras para mejorar el desarrollo de herramientas innovadoras de riesgo climático, asà como productos y servicios financieros que integren directamente el riesgo climático en instrumentos nuevos o existentes. (Recomendación 8.3)
Los Estados Unidos y los reguladores financieros deberÃan revisar las leyes, reglamentos y códigos pertinentes y proporcionar toda la claridad necesaria para confirmar la conveniencia de tomar decisiones de inversión utilizando factores relacionados con el clima en los planes de jubilación y pensión cubiertos por la Ley de Seguridad de los Ingresos de Jubilación de los Empleados (ERISA), asà como las situaciones gestionadas no por la ERISA en las que existe una confianza fiduciaria Esto deberÃa aclarar que los factores relacionados con el clima -asà como los factores de ESG que influyen en el riesgo- pueden considerarse en la misma medida que los factores financieros "tradicionales", sin crear cargas adicionales. (Recomendación 8.4)
La CFTC deberÃa coordinarse con otros organismos reguladores para apoyar el desarrollo de un sólido ecosistema de productos de gestión de riesgos relacionados con el clima. (Recomendación 8.5)
Datos verificados por: Chris Asunto: gobernanza-corporativa-internacional. Asunto: riesgos.
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Recursos
A continuación, ofrecemos algunos recursos de esta revista de derecho empresarial que pueden interesar, en el marco del medio ambiente y su regulación, sobre el tema de este artÃculo.
Notas y Referencias
Véase También
Cambio climático, Divulgación ambiental, ESG, Inversores institucionales, Materialidad, Riesgo, Divulgación de riesgos, Sostenibilidad