Niveles de Vida
¿Qué variables económicas representan la actividad económica agregada? ¿Cuál de ellas mide el nivel de vida? ¿Y qué significa un mayor nivel de vida? Dado que incluso las nociones más sencillas de la economía, la actividad económica y el nivel
Niveles de Vida
Este artículo es una expansión del contenido de la información sobre los consumidores y el derecho de consumo, en esta revista de derecho empresarial. Examina el concepto jurídico y todo sobre este tema. Te explicamos, en el marco del derecho de consumo y los consumidores, qué es, sus características y contexto.
Niveles de vida (tendencias históricas) en economía
En inglés: Standards of Living (Historical Trends) in economics. Véase también acerca de un concepto similar a Niveles de vida en economía.
Introducción a: Niveles de vida (tendencias históricas) en este contexto
Los científicos sociales suelen estar de acuerdo en el considerable valor de medir e investigar las tendencias a largo plazo y las diferencias socioeconómicas en el nivel o la calidad de vida. A lo largo de los dos últimos siglos, los investigadores han perfeccionado la metodología para realizar tales evaluaciones, pero los historiadores económicos siguen enfrentándose a la falta de datos brutos anteriores a principios del siglo XX. Aunque es imposible reunir un cuadro completo, se dispone de información útil sobre los cambios o las diferencias en el PIB per cápita y la esperanza de vida a partir de principios del siglo XIX (se puede examinar algunos de estos temas en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). Fue durante esta época cuando aparecieron grandes diferencias entre países y regiones. Este artículo tratará de equilibrar importantes preocupaciones teóricas con debates empíricos clave para ofrecer una visión general de este importante tema sobre: Niveles de vida. Para tener una panorámica de la investigación contemporánea, puede interesar asimismo los textos sobre economía conductual, economía experimental, teoría de juegos, microeconometría, crecimiento económico, macroeconometría, y economía monetaria. Datos verificados por: Sam. Tema:economia-fundamental (en esta revista de derecho empresarial, en relación a los consumidores y el derecho de consumo). Tema:macroeconomia (en esta revista de derecho empresarial, en relación a los consumidores y el derecho de consumo). Tema:microeconomia (en esta revista de derecho empresarial, en relación a los consumidores y el derecho de consumo). Tema:economia-internacional (en esta revista de derecho empresarial, en relación a los consumidores y el derecho de consumo).
Niveles de vida y su medición en economía
El PIB real per cápita, más que el PIB, es el indicador económico estándar del "nivel de vida" dentro de un estado nacional moderno, y el crecimiento de esta medida se suele etiquetar como una mejora del nivel de vida. Tres hitos intelectuales marcan la historia de la medición del PIB, el crecimiento económico (véase más detalles) y el nivel de vida. El primero de ellos es la identificación de la unidad política o geográfica que se va a medir. ¿Qué es exactamente una "economía"? Más concretamente, ¿cuáles son sus límites políticos o geográficos? La segunda aborda la cuestión conceptual de lo que representa la actividad económica dentro de esa unidad, y cómo se relaciona esa actividad con el nivel de vida. En otras palabras, ¿qué actividad económica o indicadores deben medirse? Por último, queda la cuestión práctica de cómo se mide esa actividad económica y cómo se caracteriza su crecimiento. ¿Qué variables económicas representan la actividad económica agregada? ¿Cuál de ellas mide el nivel de vida? ¿Y qué significa un mayor nivel de vida? Dado que incluso las nociones más sencillas de la economía, la actividad económica y el nivel de vida implican muchos factores y variables, tienen que estar necesariamente limitadas en el proceso de medición real para que el concepto de crecimiento tenga sentido.
Historia de la medición del nivel de vida
La obra de Adam Smith "Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones" es sin duda la contribución más importante a la medición del crecimiento económico.
Con su verborrea única, Smith abordó exactamente las tres cuestiones planteadas anteriormente. ¿Cuál era la unidad geográfica o política que había que medir? ¿Qué constituye la "riqueza" de esa unidad? ¿Y cómo se puede medir? En cuanto a la unidad de medida, en la época de Smith se produjo el avance y la proliferación del Estado-nación, que emergía de los feudos medievales y las monarquías de derecho divino de épocas anteriores. Por consiguiente, en la opinión de Smith, y de las generaciones posteriores de economistas, el Estado-nación era la unidad política y geográfica de interés. En adelante, se hablaría de la economía inglesa, francesa o estadounidense. En cuanto a la cuestión conceptual de qué medir, aunque Smith eligió la palabra "riqueza" (un indicador de las riquezas acumuladas, lo que los economistas denominan medida de existencias) para denotar el concepto al que aspiraba, su idea crucial era que el flujo de bienes y servicios consumidos por los ciudadanos de una nación indicaba la riqueza de ésta. Escribió: "El consumo es el único fin y propósito de toda producción..." Incluso antes de que se secara la tinta de la primera edición de La riqueza de las naciones, los escritores económicos ya se inclinaban por la "renta" nacional como un indicador más propicio que la riqueza de la actividad económica agregada. De ello se deducía que una economía que podía generar muchos bienes y servicios para que sus ciudadanos los consumieran era una economía rica. A partir de su observación personal, Smith suponía que Inglaterra era rica, Escocia no lo era y Francia se encontraba en un punto intermedio, aunque conjeturaba que Escocia crecía más rápido que Francia. Sin embargo, no disponía de ningún medio sistemático para confirmar estas suposiciones. Por lo tanto, fue la tercera cuestión, la medición real de la riqueza (o renta) económica agregada, con la que Smith luchó, y nunca generó nada parecido a un sistema formal de contabilidad de la renta nacional. La búsqueda de Smith para entender y medir la riqueza de una nación sería claramente clasificada por las generaciones posteriores de economistas como de naturaleza "macroeconómica". De hecho, la cuestión prácticamente definió el campo de la macroeconomía. También se pueden encontrar en la obra de Smith temas que las generaciones posteriores calificarían de claramente "microeconómicos". Una de sus ideas clave era que la eficiencia de los productores individuales de una nación (incluida su famosa descripción de la división del trabajo en una fábrica de alfileres) era el pilar sobre el que descansaba su riqueza agregada; es decir, reconoció lo que los economistas llaman hoy los "microfundamentos" de la macroeconomía. Sin embargo, fue el recuento y la suma de la actividad económica lo que le derrotó.
Cuando se trataba de medir la producción, el consumo y la riqueza agregados, Smith sólo ofrecía pruebas anecdóticas, principalmente ejemplos y estudios de casos de microeconomía, y ahí dejó el tema. Los economistas que vinieron después de Smith y retomaron su búsqueda para entender la riqueza agregada de una nación procedieron en gran medida por dos caminos que, aunque no son divergentes por naturaleza, no convergieron en la práctica hasta bien entrado el siglo XX. Uno de estos caminos fue en gran medida teórico. Entre los temas en los que se centraron los llamados "economistas clásicos" estaba la renta "nacional". Sin embargo, su énfasis no era tanto medirla como entender su origen. Aquí se adentraron en el campo minado de la teoría del valor, cuya yuxtaposición clave, según Smith, era lo que él llamaba "valor de uso" frente al "valor de cambio", este último que los economistas acabarían interpretando como el precio de mercado. Smith planteó la hipótesis de que el valor de cambio de un bien era igual al valor de la mano de obra utilizada en su producción. Los teóricos económicos posteriores, como Thomas Robert Malthus, David Ricardo y Karl Marx, se enfrentaron a la llamada "teoría del valor del trabajo". La cuestión era importante, porque matemáticamente la suma del valor de las transacciones económicas durante un periodo de tiempo ofrecería una estimación de la renta agregada o nacional. Cuando se trataba de utilizar el valor de una transacción como elemento de construcción de la renta agregada, las preguntas eran: Cuando se produce una transacción de este tipo, ¿de dónde procede la renta y a dónde va? ¿Y cómo se distribuía el valor del producto entre los factores que lo producían? Esto era lo que los economistas clásicos denominaban la "distribución del producto". Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, respecto a sus características y/o su futuro): He aquí, pues, la cuestión en torno a la cual se construyó la moderna contabilidad de la renta nacional. A pesar de centrarse en la teoría del valor del trabajo, los economistas clásicos reconocían que el trabajo era sólo un factor de producción; su salario, sólo una forma de pago. La tierra, el capital y el crédito eran otros; y sus pagos se denominaban renta, beneficio e interés. Smith había observado que el consumo privado era el objetivo principal de la actividad productiva, pero los gastos se hacían en algo más que el consumo, y para formar completamente el lado del consumo del libro de cuentas los economistas añadieron finalmente las actividades de inversión, las compras del gobierno y, reflejando los límites geográficos de la contabilidad de la renta nacional, las exportaciones netas. Así, el valor de cada transacción final representaba el consumo o la inversión de un comprador, pero también generaba un salario o beneficio para los productores. Mientras los economistas clásicos luchaban con las cuestiones teóricas que subyacen al origen y la distribución de la renta nacional, otro grupo menos destacado se centraba en la medición de la actividad económica. El espacio nos impide hacer un recuento completo de las personas que contribuyeron al progreso evolutivo que condujo desde Adam Smith hasta las modernas cuentas nacionales de la renta y del producto. 6 Sin embargo, un vistazo al trabajo de cuatro de los más prominentes de estos primeros "contadores" académicos nos da una idea de la evolución de la medición de la actividad económica agregada y, por tanto, del crecimiento económico. Dos eran ingleses, Arthur Young y Thomas Tooke, y dos eran estadounidenses, Henry Carey y David Wells. Todos ellos hicieron aportaciones metodológicas y conceptuales fundamentales a la economía empírica. Aunque era 17 años menor que Smith, Young, un escritor de éxito y un caballero agricultor de menor éxito, empezó a acumular y procesar datos económicos incluso antes de la publicación de La riqueza de las naciones. Debido al tamaño del sector agrícola en las economías preindustriales, era común en la época identificar el éxito agrícola con el éxito económico nacional. Así, durante un periodo de aproximadamente 40 años, Young recopiló datos a nivel micro de las explotaciones agrícolas de Inglaterra, Irlanda y Francia. Es importante destacar que dio el salto intelectual del rendimiento de una granja inglesa al rendimiento de la economía inglesa, escribiendo en 1771 que a partir del promedio del rendimiento de un gran número de granjas "podemos ciertamente calcular con mucha verdad el estado general de todo el reino...". Anticipándose al trabajo de los economistas clásicos sobre la distribución de la producción, Young dividía las fuentes de ingresos entre los propietarios de tierras, los trabajadores y el capital, y a menudo escribía en términos conceptuales que también se anticiparon al amplio uso del PIB real per cápita como indicador clave del nivel de vida. Tooke, un financiero, nació dos años antes de la publicación de La riqueza de las naciones y, aunque participó en los debates con los economistas clásicos sobre la distribución del producto e hizo aportaciones originales a la teoría monetaria, su contribución más duradera fue su insistencia en aportar datos a sus argumentos. Se centró en los movimientos de los precios agrícolas, y su monumental Historia de los precios y del estado de la circulación, que llegó a tener seis volúmenes, estableció un modelo, poco seguido en la época, para la investigación científica de las relaciones económicas. Tooke extendió su red, estudiando, entre otros temas, el dinero, la banca y la teoría de la distribución, pero fue su recopilación y uso de datos, incluidos los precios, el volumen del crédito y el comercio, y la actividad ferroviaria, lo que perpetuó su nombre. Incluso más que Tooke, Carey, nacido después de la muerte de Smith, rechazó la teorización abstracta de los economistas clásicos y puso el acento en la historia y la observación empírica, que, con una perspectiva temporal de la que no disponían esos economistas anteriores, reveló el crecimiento económico a largo plazo sin precedentes generado por la Revolución Industrial. Argumentó, e intentó demostrar, que el crecimiento económico estaba impulsado por la productividad del trabajo -es decir, la producción por trabajador-, que a su vez estaba impulsada por los cambios tecnológicos, que se estaban produciendo por doquier. Al vincular la productividad de los trabajadores en el taller con el nivel de vida agregado, Carey estableció empíricamente el vínculo entre los microfundamentos y el macrocrecimiento. Aunque sus argumentos fueron muy ridiculizados en su momento, su enfoque empírico fue posteriormente muy imitado. A pesar de las contribuciones de estos primeros contadores, que no fueron del todo apreciadas en su momento pero que, en términos de medición de la riqueza de una nación, fueron más importantes que las de sus colegas clásicos más famosos, ni Young, ni Tooke, ni Carey articularon un conjunto de cuentas de la renta nacional. Sin embargo, Wells (nacido en 1828) sí lo hizo. Al igual que Young, Wells fue un escritor prolífico en una serie de temas diversos (se puede examinar algunos de estos temas en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). Formado como ingeniero, lo que tal vez ayudó a disciplinar su mente a los rigores de la construcción de un conjunto de cuentas que generaran estimaciones de la renta nacional, Wells construyó lo que posiblemente fueron las primeras estimaciones fiables de la renta nacional. De hecho, en correspondencia privada, Simon Kuznets, el padre de la contabilidad moderna de la renta nacional, dijo a Joseph Schumpeter en 1954 que "las estimaciones de Wells [de la renta nacional del siglo XIX] merecen confianza". A pesar del gran avance de Wells en la contabilidad de la renta nacional, a finales del siglo XIX, la corriente principal de la economía angloamericana giraba en torno a la teoría de los precios. Las contribuciones de John Stuart Mill sobre la teoría del valor y los trabajos posteriores de Alfred Marshall dominaban la escena. Sin embargo, el trabajo del alumno más destacado de Marshall, John Maynard Keynes, y el inicio de la Gran Depresión reavivaron el interés por la macroeconomía empírica. Después de La riqueza de las naciones y Das Kapital de Marx, el volumen más influyente en la historia del pensamiento económico fue la Teoría general del empleo, el interés y el dinero de Keynes, cuya primera edición se terminó en 1935. En ella, Keynes se refería a la producción agregada como "producción en su conjunto", pero no definía este conjunto, incluso cuando las teorías que estaban surgiendo para explicar la Depresión pedían a gritos tal medición.
Medición del crecimiento económico
Se han estudiado las tasas de crecimiento agregadas que superaban las tasas de crecimiento de la población lo suficiente y durante el tiempo suficiente como para que las recesiones periódicas no interrumpieran el aumento a largo plazo del nivel de vida, medido por el PIB per cápita. Algunos investigadores muestran que 13 de los 43 años muestran una disminución del PIB real, lo que podría llamarse razonablemente años de "recesión", y que la disminución media del PIB real durante esos años fue del 3,4%. Los otros 30 años fueron de crecimiento, con un aumento medio del 7,0%. En resumen, el nivel de vida se duplicó aproximadamente durante este periodo porque hubo más años buenos que malos, y en promedio los años buenos fueron mejores que los malos. Este es el crecimiento económico moderno de Kuznets en funcionamiento, y es un fenómeno bastante reciente en la historia de la humanidad. De hecho, Gregory Clark sostiene que, durante los 3.000 años anteriores a 1800, la tasa media de crecimiento anual de la renta per cápita fue cero. Los estudiosos han agrupado estos problemas en tres categorías:
la falta de reflejo de la distribución de la renta,
las omisiones o defectos en la medición de algunos tipos de actividad económica, y
la infravaloración de los aspectos relacionados con la calidad de vida.
En lo que respecta a la distribución de la renta, el PIB per cápita nos da básicamente la producción disponible para el consumo de una persona media (y la inversión, el gasto público, etc.). No nos dice nada sobre lo que consumiría una persona media. Una economía puede crecer sustancialmente; el PIB per cápita podría indicar un aumento del nivel de vida; pero, si todo el crecimiento lo disfruta, por ejemplo, el 20% más alto de la distribución de la renta, el nivel de vida de la persona o familia típica no cambiaría. Por lo tanto, los países que parecen tener un alto nivel de vida, medido por el PIB per cápita, podrían de hecho estar poblados por masas de familias miserablemente pobres. En la práctica no es así. Entre una amplia muestra de países de todo el mundo, existe una fuerte correlación positiva entre el crecimiento del PIB per cápita y la renta media del 20% más pobre de la población. En cuanto a sus omisiones, el PIB per cápita omite la actividad no comercial, la actividad ilegal y el valor del tiempo dedicado al ocio. Si usted limpia su casa, esa actividad económica no aparece en el PIB; si paga a otra persona para que lo haga, sí. Si su médico le hace una receta y usted compra un medicamento en una farmacia, esa actividad económica aparece en el PIB; si compra una sustancia controlada a un chico de la calle, no. Puede que usted valore mucho el hecho de pescar con su hija, pero esa actividad no aparecerá en el PIB per cápita. En resumen, el PIB per cápita probablemente subestima el "verdadero" nivel de vida. Además, dado que la media de horas anuales trabajadas ha disminuido aproximadamente un 40% durante el último siglo en los países más ricos del mundo, el PIB per cápita subestima el crecimiento del nivel de vida durante ese periodo. Por último, uno de los alumnos de Kuznets, Richard Easterlin, ha argumentado que el PIB adolece de su incapacidad para reflejar la calidad de vida, definida de diversas maneras. En concreto, sostiene que no existe una correlación entre la felicidad de las personas y el PIB per cápita de los países en los que viven. Es la llamada paradoja de Easterlin. Kuznets reconoció estas deficiencias. En 1971, recibió el Premio Nobel por sus contribuciones a la contabilidad de la renta nacional, y en su discurso del Nobel, publicado posteriormente en la American Economic Review, advirtió a los economistas y a los responsables políticos que no debían confiar demasiado en el PIB real o en el PIB real per cápita como indicador económico. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, respecto a sus características y/o su futuro): Hizo hincapié en los "aspectos problemáticos del crecimiento económico moderno" que, en su opinión, incluían resultados inesperados y "negativos" sobre la calidad de vida en los países en vías de industrialización. Su hipótesis era que el resultado podría ser una relación positiva entre el crecimiento y el nivel de vida, por un lado (ambos medidos convencionalmente por el PIB per cápita) y un aumento de la desigualdad en la distribución de la renta, por otro. Esta relación llegó a conocerse como la "curva de Kuznets".
Medidas biológicas del nivel de vida
Otros economistas reconocieron que el deterioro de la calidad de vida y el aumento de la desigualdad podían manifestarse en "indicadores biológicos" del nivel de vida. Entre los indicadores en los que se centraron Fogel y sus alumnos estaba la estatura física humana, cuyo estudio se denomina "antropometría". Los antropometristas sostenían que la estatura es un buen indicador del bienestar biológico de una población, posiblemente mejor que el PIB per cápita. El consumo de nutrientes -neto de los que se agotan durante el trabajo o por la lucha contra las enfermedades- determina si el homo sapiens alcanza su potencial genético de estatura. Así pues, la estatura difiere del PIB per cápita en que refleja el consumo de nutrientes y los costes biológicos asociados a la producción de bienes y servicios; por lo tanto, refleja la distribución de la producción económica que se manifiesta en el consumo. La intensidad del esfuerzo y el número de horas trabajadas, así como las condiciones de trabajo y de vida, determinan la demanda de nutrientes del organismo.
Cuando los seres humanos trabajan más durante más tiempo, o cuando luchan contra las enfermedades, les quedan menos nutrientes para crecer. El estado nutricional neto, la clave del crecimiento humano, es la diferencia entre los aportes nutricionales y las demandas del trabajo, el mantenimiento del cuerpo y las enfermedades. Antes de la edad adulta, un estado nutricional neto positivo estimula el crecimiento, mientras que un estado nutricional neto negativo retrasará el crecimiento, ceteris paribus, por supuesto. Así, la estatura adulta puede considerarse un indicador acumulativo del estado nutricional neto durante los años de crecimiento. Los cambios en la nutrición, las condiciones de trabajo y el entorno de la enfermedad pueden influir en el estado nutricional neto, y el propio entorno de la enfermedad refleja las medidas de salud pública (o la falta de ellas), la urbanización y el crecimiento económico. Por lo tanto, la estatura puede revelar información sobre la distribución de la renta o la riqueza que podría estar oculta en el PIB real o incluso en el PIB real per cápita. Una economía que experimenta un crecimiento económico moderno y, por lo tanto, un aumento sostenido del PIB real per cápita, que solemos considerar como indicador de un nivel de vida creciente, podría estar experimentando una distribución de la renta cada vez más desigual (la curva de Kuznets), de manera que los efectos del crecimiento sobre el bienestar no se extienden ampliamente y, de hecho, se traducen en un empeoramiento del nivel de vida biológico. Los primeros trabajos antropométricos confirmaron las sospechas de Kuznets y Fogel. En el análisis del crecimiento del PIB real per cápita en dólares de 2000 y la estatura media de los hombres blancos de Estados Unidos desde 1800 hasta 1920, las cifras del PIB reflejan el crecimiento económico moderno derivado de la Revolución Industrial. Sin embargo, los datos de estatura revelan un preocupante declive a lo largo de las primeras décadas del siglo XIX. Esta llamada "paradoja de antebellum" ha sido muy estudiada por los historiadores económicos en las últimas décadas (véase más en esta plataforma), y sus investigaciones sugieren que, tal y como planteaba la hipótesis de Kuznets, las desventajas de la urbanización y la industrialización superaron inicialmente sus efectos positivos sobre el nivel de vida. Así, aunque la actividad económica agregada se expandió más rápidamente que la población, generando el crecimiento económico moderno, ese crecimiento no generó necesariamente una mejora del nivel de vida, al menos medido por indicadores biológicos. Al menos, la historia de la medición del crecimiento económico nos enseña que a menudo no es útil volverse demasiado dogmático sobre un conjunto concreto de estimaciones del producto.
Como señaló Kendrick en 1961, uno de los más importantes contribuyentes a la medición de la actividad y el crecimiento económicos, no existe un único conjunto definitivo de estimaciones del producto nacional. La selección depende de las predilecciones teóricas del estimador, del propósito analítico del usuario y de la disponibilidad de datos. En resumen, el éxito de la medición de la actividad económica agregada, el nivel de vida y el crecimiento económico respondió a muchas preguntas importantes en economía. También planteó muchas otras nuevas. Ambas son importantes contribuciones al progreso humano. Datos verificados por: Patrick Tema:finanzas-personales (en esta revista de derecho empresarial, en relación a los consumidores y el derecho de consumo). Tema:ciencia-economica (en esta revista de derecho empresarial, en relación a los consumidores y el derecho de consumo). Tema:pensamiento-economico (en esta revista de derecho empresarial, en relación a los consumidores y el derecho de consumo). Tema:principios-de-economia (en esta revista de derecho empresarial, en relación a los consumidores y el derecho de consumo). Tema:mercados-financieros (en esta revista de derecho empresarial, en relación a los consumidores y el derecho de consumo). Tema:historia-economica (en esta revista de derecho empresarial, en relación a los consumidores y el derecho de consumo). Tema:sistemas-economicos (en esta revista de derecho empresarial, en relación a los consumidores y el derecho de consumo). Tema:politicas-economicas (en esta revista de derecho empresarial, en relación a los consumidores y el derecho de consumo). Condición socioeconómica, Consumo, Contabilidad nacional, Derechos de la Adolescencia, Derechos de la Niñez, Economía, Economía en General, Intercambios Económicos y Comerciales, Marco social, NI, Política Social, Renta, Situación social