Objeto del Trabajo Social
Este artículo es una expansión del contenido de la información sobre derecho laboral o del trabajo, en esta revista de derecho empresarial. Aparte de ofrecer nuevas ideas y consejos clásicos, examina el concepto y los conocimientos necesarios, en el marco del derecho del trabajo, sobre el objeto del trabajo social.
Te explicamos, en relación a la seguridad social y el derecho laboral, qué es, sus características y contexto. Nota: sobre el concepto de Trabajo Social, véase aquí. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, en cuanto al derecho laboral o del trabajo, y respecto a sus características y/o su futuro): También puede verse una amplia exposición sobre su sentido. El objetivo del trabajo social es mejorar las condiciones de la sociedad. El Trabajo Social tiene como objetivo maximizar el desarrollo del potencial humano y la satisfacción de las necesidades humanas, a través de un compromiso igualitario para: Trabajar con las personas y permitirles alcanzar los mejores niveles posibles de bienestar personal y social.
Trabajar para lograr la justicia social a través del desarrollo y el cambio social.
El trabajo social se ocupa de la solución y el tratamiento científico de los problemas sociales e individuales.
Su principal objetivo es aumentar la felicidad humana en general. Datos verificados por: Mix
Las bases existenciales del trabajo social
Desafíos
La tarea aquí es presentar lo que considero la base de la práctica del trabajo social, en particular de la buena práctica. Por tanto, lo que sigue no pretende ser "la respuesta correcta", sino una contribución al debate sobre la naturaleza y el propósito del trabajo social.
Se trata de una filosofía bastante compleja, pero que tiene que serlo para hacer justicia a las complejidades del mundo del trabajo social que pretende explicar.
La base existencial del trabajo social
El objetivo no es presentar un análisis detallado de la filosofía existencialista y su relevancia para el trabajo social.
Más bien quiero señalar el valor de intentar comprender el trabajo social en el contexto de algunos de los elementos fundamentales de la existencia humana. Me centraré en cuatro de estos aspectos.
Ontología
La ontología es el estudio del ser y, por lo tanto, se ocupa de las cuestiones sobre lo que significa existir: el tipo de cuestiones que generalmente nos interesan poco en nuestra vida cotidiana, pero que pueden adquirir una gran importancia en momentos de pérdida o en puntos de inflexión en nuestras vidas. Considero que la ontología es una cuestión importante para el trabajo social porque, como hemos visto, el trabajo social opera en la intersección de lo personal y lo social.
La existencia humana, ontológicamente hablando, es simultáneamente personal y social.
No se trata de una cuestión de individuo contra sociedad, sino del individuo en la sociedad (y, de hecho, de la sociedad en el individuo, en el sentido de que los factores sociales son una influencia importante en la formación del individuo). La ontología nos enseña que no debemos ver lo personal y lo social como algo totalmente separado, sino como aspectos interrelacionados de la existencia humana. Está claro que esto es directamente relevante para el trabajo social.
Desafíos existenciales
La existencia humana nos plantea una serie de retos que hay que afrontar o problemas que hay que resolver. Estos pueden clasificarse en tres grandes apartados:
Desafíos del curso de la vida Son los cambios que encontramos a medida que avanzamos en el curso de la vida: crecer, establecer la independencia, etc., hasta enfrentarnos a la muerte.
Desafíos de las circunstancias Son los desafíos y problemas que surgen para individuos concretos en circunstancias específicas, es decir, los desafíos a los que nos enfrentamos como resultado de los objetivos concretos que intentamos alcanzar o del estilo de vida que intentamos vivir.
Retos sociopolíticos Son los problemas que pueden surgir como resultado de nuestra posición en la sociedad, nuestra "ubicación social". Entre ellos están la pobreza, el racismo, el sexismo y otras formas de explotación.
Por supuesto, nadie tiene una vida libre de problemas, pero se puede ver que los problemas son más probables en los momentos de transición en el curso de la vida (tener hijos, el divorcio, la jubilación, etc.) y son más probables (y probablemente más intensos) para los grupos que están socialmente desfavorecidos como resultado de su ubicación social.
Estos problemas pueden denominarse retos existenciales porque forman parte de la existencia humana.
Son inherentes al ser humano, más que incidentales. La noción de "desafíos existenciales" es importante, ya que es útil para intentar comprender la naturaleza del trabajo social.
De hecho, podría decirse que gran parte de la práctica del trabajo social consiste en ayudar a las personas a enfrentarse a los desafíos existenciales.
Incertidumbre y flujo
Uno de los temas clave del existencialismo es el de la "contingencia".
Se refiere a la naturaleza incierta y siempre cambiante de la existencia humana. Muy pocas cosas en la vida son seguras.
Sin embargo, para las personas que experimentan los tipos de problemas que les llevan a los trabajadores sociales -y, de hecho, para los propios trabajadores sociales-, la incertidumbre suele estar muy presente. Por ejemplo, cuando sale a la luz un caso de abuso infantil, el niño, los padres y el trabajador social se enfrentan a un grado considerable de incertidumbre. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, en cuanto al derecho laboral o del trabajo, y respecto a sus características y/o su futuro): Tratar de encontrar respuestas sencillas puede ser más perjudicial que beneficioso en muchas situaciones, y a menudo no es posible aliviar la incertidumbre, no al menos a corto o medio plazo.
En consecuencia, una tarea básica del trabajador social en muchas situaciones es la gestión de la incertidumbre (propia y ajena). Del mismo modo, tanto los problemas que conducen a la intervención del trabajo social como la naturaleza de la propia intervención del trabajo social se caracterizan por el cambio o el "flujo". Y, por supuesto, la incertidumbre y el cambio tienden a reforzarse mutuamente.
Por lo tanto, cualquier intento de encontrar respuestas simples y formuladas está condenado al fracaso, ya que este enfoque no presta la debida atención a la incertidumbre y al cambio. Las respuestas del trabajo social tienen que estar hechas a la medida de las circunstancias del momento y no pueden ser soluciones "de una vez por todas". Como resultado de la incertidumbre y el cambio, la práctica del trabajo social debe ser:
Sistemática. Esto significa tener un enfoque claro sobre lo que estamos tratando de lograr y por qué. Esto es importante porque la incertidumbre y el cambio pueden llevar fácilmente a que la práctica se vuelva vaga y desenfocada, y por lo tanto ineficaz.
Reflexiva. La práctica irreflexiva y acrítica puede ser peligrosa, especialmente cuando la incertidumbre y el cambio están en primer plano.
Por lo tanto, es necesario que la práctica sea reflexiva: cuidadosamente pensada y reflexionada, abierta al cambio y al desarrollo cuando sea necesario.
Está claro, pues, que la práctica del trabajo social debe ser sensible y responder a la incertidumbre y al cambio.
Compromiso moral
Otro tema central del existencialismo es el del compromiso moral. El argumento básico es que no podemos ser moral o políticamente neutrales. Nuestras acciones apoyarán y reforzarán el statu quo (y la actual distribución del poder y las oportunidades de vida asociadas a él) o lo desafiarán: no existe un terreno neutral en el que nuestras acciones no tengan consecuencias morales o políticas. Este es un principio general, pero es especialmente relevante en cuestiones de desigualdad, discriminación y opresión. Es decir, dado que vivimos en una sociedad caracterizada por diversas formas de desigualdad, las acciones e interacciones de los trabajadores sociales reforzarán (o al menos consentirán) las desigualdades existentes, o desempeñarán un papel para desafiarlas o socavarlas. Una práctica de trabajo social que no tenga en cuenta las desigualdades existentes corre el riesgo de:
no reconocer factores importantes en la vida de las personas y, por lo tanto, basar la intervención en fundamentos muy inseguros;
provocar tensiones, malos sentimientos y resentimientos debido a lo que puede parecer a los clientes un enfoque insensible e indiferente;
reforzar los efectos negativos de la discriminación; por ejemplo, adoptar una actitud paternalista y condescendiente hacia una persona mayor puede reforzar la suposición de que las personas mayores están "pasadas" y no tienen valor para la sociedad.
Así pues, el trabajo social opera no sólo en la intersección de lo personal y lo social, sino también en la intersección de fuerzas que compiten entre sí y que tratan de influir y dar forma a la sociedad. Existe una cuestión moral fundamental sobre qué conjunto de fuerzas apoyará nuestra práctica.
Como las fuerzas orientadas a mantener el statu quo tienden a ser dominantes, una postura supuestamente "neutral" es, de hecho, un voto a favor del statu quo. Un argumento aquí, entonces, es que el trabajo social debería ser:
explícito sobre su base de valores;
comprometido con la demostración de estos valores;
tener claro que la noción de una práctica sin valores es un mito (potencialmente peligroso);
emancipadora, en el sentido de estar orientada a apoyar a las personas en su lucha por liberarse de la desventaja, la discriminación y la opresión que sufren como consecuencia de su situación social.
Datos verificados por: Cox Tema: asistencia-social.
Asunto: trabajo-social.
Tema: psicologia.
¿Qué piensas sobre este tema? ¿Tienes alguna experiencia o ejemplo que quieras compartir? ¿Cuál es tu opinión?
Recursos
Asunto: informes-jurídicos-y-sectoriales. Asunto: quieres-escribir-tu-libro.
Véase También
Educación Social, Salud Mental, Discapacidad, Trabajo Social