Principios de Relaciones Ambientales Internacionales
Este artículo es una ampliación de la información sobre derecho ambiental, en esta revista de derecho de empresa. Aparte de ofrecer nuevas ideas y consejos clásicos, examina el concepto y los conocimientos necesarios para sobresalir, sobre este tema. Te explicamos, en el contexto del medio ambiente, qué es, sus características y contexto.
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Principios de Relaciones Ambientales Internacionales
Además de la legislación sustantiva que describe en términos concretos los derechos y obligaciones de los sujetos del derecho ambiental nacional o internacional, las implicaciones internacionales de las cuestiones ambientales se reflejan en un gran número de principios, normas u objetivos puramente políticos que todavía están en desarrollo.
Soberanía sobre los recursos naturales
Las cuestiones medioambientales no respetan las fronteras (véase qué es, su definición, o concepto jurídico, y su significado como "boundaries" en derecho anglosajón, en inglés) nacionales.
Por lo tanto, las cuestiones ambientales plantean nuevos desafíos para la soberanía de los Estados, que tradicionalmente se define como la afirmación de la independencia de los Estados para decidir sobre sus propios asuntos, incluidas sus decisiones de definir políticas sobre el medio ambiente natural dentro de su territorio.
Por lo tanto, la soberanía sobre los recursos naturales implica el derecho de un Estado a proteger, pero también a contaminar o incluso a destruir el medio ambiente en su propio territorio.
Sin embargo, este derecho termina cuando la degradación ambiental ya no se limita al territorio nacional y las actividades dentro de la jurisdicción de un estado afectan adversamente las condiciones en otro estado. La obligación de proteger los derechos de otros Estados dentro de su propio territorio es generalmente aceptada como una máxima del derecho internacional y frecuentemente citada en las convenciones y declaraciones internacionales de protección del medio ambiente, por ejemplo, como el principio 21 de la Declaración de Estocolmo. Con respecto a los problemas ambientales contemporáneos que no tienen una sola fuente identificable como el agotamiento de la capa de ozono, el calentamiento global, las aguas contaminadas, la erosión de los suelos, la pérdida de bosques y la biodiversidad, los Estados tienen que asumir la responsabilidad no solo del bienestar ecológico de su propio territorio, sino también del ecosistema de la Tierra.
Por lo tanto, los regímenes sectoriales se desarrollan entre los Estados que reconocen que es de interés nacional abordar conjuntamente las cuestiones de la gestión ambiental mundial (o global) y regional.
Responsabilidad común pero diferenciada
Sin descuidar el hecho de que la eficiencia en la protección del medio ambiente solo puede lograrse mediante el esfuerzo y la obligación conjuntos, el principio de responsabilidad común pero diferenciada refleja el hecho de que las naciones industrializadas y los países en desarrollo difieren tanto en sus responsabilidades como en sus capacidades. Muchos de los problemas que existen actualmente en el campo de la protección del medio ambiente han surgido únicamente como consecuencia de la producción industrial de los países desarrollados. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, respecto a sus características y/o su futuro): Dado que los países en desarrollo se encuentran en un estado anterior del proceso de desarrollo, ahora insisten en perseguir su propio desarrollo económico y social, lo que incluye la contaminación del medio ambiente de una manera que antes practicaban los Estados que hoy en día se cuentan entre las naciones industrializadas.
Por lo tanto, la integración de los Estados en desarrollo en los regímenes ambientales mundiales sigue siendo una de las cuestiones clave en el diseño de las políticas ambientales internacionales. En vista del posible conflicto entre la necesidad económica y la responsabilidad ecológica, varias disposiciones de los tratados internacionales relativas a cuestiones ambientales tienen en cuenta la situación especial y las necesidades particulares de los países en desarrollo; en concreto, las normas pertinentes suelen abordar cuestiones de transferencia de tecnología y financiación.
Por el momento, el principio de responsabilidad común pero diferenciada es un concepto puramente político, que refleja condiciones y opciones prácticas sin ser jurídicamente vinculante.
La incertidumbre científica y el principio de precaución
Las decisiones sobre cuestiones ambientales internacionales deben tomarse ante la incertidumbre científica: la nueva información científica puede confirmar la evaluación de los riesgos o determinar un riesgo menos grave de lo previsto. El principio de precaución requiere que una nación tome medidas para prevenir la degradación del medio ambiente incluso cuando no se dispone de conocimientos científicos completos. Aunque se origina en el contexto del medio marino, el principio de precaución se aplica ahora a cuestiones no marinas como el agotamiento de la capa de ozono y el cambio climático. Asunto: calentamiento-global. Asunto: cambio-climatico. Uno de los primeros textos que mencionó el principio de precaución fue el preámbulo del Convenio para la Protección de la Capa de Ozono; en la Declaración de Río se consagra en el principio 15. Aunque el principio de precaución aparece en varias declaraciones internacionales, su base y alcance siguen siendo controvertidos. La creciente aceptación práctica del concepto se reflejó en la exitosa negociación del Protocolo de Bioseguridad del Convenio sobre la Diversidad Biológica en el año 2000.
Principio de prevención
El principio de acción preventiva establece que es mucho más eficaz prevenir la contaminación que remediar sus efectos o asignar responsabilidades por los daños ambientales.
Por lo tanto, los estados están obligados a tomar medidas diseñadas para proteger el medio ambiente con la suficiente antelación para evitar que se produzcan daños ambientales. El enfoque preventivo ha sido respaldado, entre otras cosas, por la Declaración de Estocolmo de 1972, la Carta Mundial de la Naturaleza de 1982 y un gran número de tratados internacionales. El Principio 11 de la Declaración de Río de 1992 insta a los Estados a promulgar una "legislación ambiental efectiva". El principio de prevención no solo se incorpora en tratados específicos sobre medio ambiente, sino también en tratados de aplicación más general, como el Tratado de la Comunidad Europea (TCE), y entraña la obligación de tener constantemente en cuenta las preocupaciones ambientales en todos los ámbitos de la actividad y el control gubernamentales. Instrumentos como los sistemas de alerta temprana, las evaluaciones de riesgos y unas disposiciones de seguimiento más estrictas reflejan el enfoque anticipatorio. A pesar de las diferencias en los sistemas jurídicos nacionales, será de importancia elemental garantizar que estos principios se apliquen en todos los Estados de una manera suficientemente eficaz para beneficiar al medio ambiente. Revisor: Lawrence
Véase También
Emisiones de Gases de Efecto Invernadero, Impuestos Ambientales, Sustancias Peligrosas, Derecho Ambiental Internacional, Políticas Ambientales