Socialización Laboral o en el Trabajo
Este artículo es una ampliación de la información sobre derecho laboral o del trabajo, en esta revista de derecho empresarial. Aparte de ofrecer nuevas ideas y consejos clásicos, examina el concepto y los conocimientos necesarios, en el marco del derecho del trabajo, sobre este tema. Basado en la experiencia de varios autores, nuestras opiniones y recomendaciones se expresarán a continuación (o en otros artículos de esta revista, en cuanto al derecho laboral o del trabajo, y respecto a sus características y/o su futuro): Te explicamos, en relación a la seguridad social y el derecho laboral, qué es, sus características y contexto.
Socialización Laboral o en el Trabajo
La cooperación entre los trabajadores puede verse facilitada por normas compartidas de lengua y cultura.
Los antropólogos lingüistas han estudiado cómo se produce la socialización en estas normas a través de las comunidades de práctica en el trabajo.
Las prácticas y normas lingüísticas compartidas dentro de un grupo de trabajo son una parte fundamental de la cultura laboral, y son una parte importante de la socialización y el aprendizaje. Muchos estudiosos del trabajo han observado que las pautas y normas conversacionales compartidas, no muy diferentes de las descritas por Dunk (2003) y Willis (1977), también desempeñan un papel importante en el proceso de distribución y realización cooperativa de las tareas laborales.
Los antropólogos culturales y lingüísticos utilizan el concepto de comunidad de práctica para entender cómo los trabajadores se socializan en la cultura del trabajo y adquieren conocimientos laborales.
Las comunidades de práctica y sus prácticas lingüísticas o discursivas compartidas suelen ser exclusivas de los objetivos de un lugar de trabajo e incluso pueden ser predictores más fuertes de los patrones de interacción entre los empleados que las categorías o identidades sociales.
Se esboza el modelo de comunidad de práctica del aprendizaje experimental de Lave y Wenger (1991) según las siguientes premisas:
El aprendizaje es más efectivo cuando los trabajadores aprenden juntos, imaginándose gradualmente como parte de un grupo o comunidad de práctica;
la comunidad de práctica controla el acceso a este conocimiento especializado; y
el aprendizaje tiene lugar a través de la participación en prácticas lingüísticas, sociales y físicas del trabajo y la comunidad, aumentando gradualmente la propia responsabilidad.
El modelo proporciona un marco a través del cual los antropólogos lingüísticos pueden observar la socialización y el aprendizaje en el trabajo a través de la interacción y la coordinación conversacional. Esto puede incluir las formas en que los nuevos miembros de una comunidad de práctica son iniciados por miembros más experimentados, o lo que se denomina interacción experto-novato.
En un estudio sobre el cuidado del cabello de las mujeres afroamericanas, Jacobs-Huey (2006) demuestra cómo se construyen las identidades a través del lenguaje. Los ejemplos expuestos muestran que determinadas prácticas lingüísticas reconocen la experiencia de los interlocutores y ayudan a construir identidades de experto o de novato (Roth Gordon 2008). La competencia en el trabajo también puede coconstruirse a través de la conversación.
Castellano (1998) utiliza métodos lingüísticos en un programa de formación laboral para comprender cómo el aprendizaje en el lugar de trabajo tiene lugar en la interacción entre el profesor y el aprendiz, entre los aprendices y en relación con los elementos materiales. A través de prácticas como la repetición de palabras y el descentramiento del papel de instructor, el profesor dirige la responsabilidad de negociar problemas y tareas al grupo de trabajadores-aprendices. A través de la interacción de los aprendices con elementos materiales y textuales como los planos, coconstruyen la competencia (1998). El aprendizaje y el conocimiento experimental también pueden distribuirse en una red social.
Hutchins examina las conversaciones entre los miembros de la tripulación de la Marina mientras navegan hacia el puerto (1991). Este trabajo demuestra un caso de cognición distribuida, en el que los hablantes cooperan para resolver un problema antes de que un individuo sea consciente de la solución y cuando nadie tiene un mapa cognitivo de todo el sistema (Hutchins 1991). Hull podría referirse a estos dos ejemplos como pruebas del "conocimiento laboral" desarrollado en el trabajo y adquirido en la interacción conversacional con grupos de trabajo en un contexto material encarnado (1997, 16). El modelo de aprendizaje en el lugar de trabajo en una comunidad de práctica también puede utilizarse para comprender cómo los trabajadores se incorporan a la cultura de una empresa y se socializan en un nuevo conjunto de valores. Gee et al. (1996) abordan la experiencia laboral en la nueva economía, donde el proceso de socialización de los trabajadores en nuevos "discursos" de autocontrol implica una formación en el aula centrada en guiones y textos y estrategias de trabajo en equipo en la fábrica.1 De forma similar, las instituciones pueden adquirir miembros a través de la inducción narrativa.
En este caso, los trabajadores aprenden a identificarse en un conjunto de historias de la empresa, asumiéndolas como propias y reproduciendo la memoria colectiva de la organización (Linde 2000). Estos enfoques nos permiten examinar el habla cotidiana durante el proceso de trabajo, entre los grupos de trabajo y durante las clases controladas. Los métodos lingüísticos nos animan a pensar que incluso los entornos muy guionizados, como los protocolos de formación o de resolución de problemas, son interacciones que se producen de forma natural y en las que pueden surgir formas de cultura laboral o de cooperación.
Métodos para examinar el habla en el trabajo
Aunque la antropología lingüística emplea una serie de métodos, desde el análisis de la conversación hasta el análisis del discurso, pasando por las entrevistas sociolingüísticas y los métodos cualitativos, como las pruebas de guisa emparejada o los ejercicios de emparejamiento, esta revisión destaca algunos de los métodos más comunes utilizados en los ejemplos de etnografía en el lugar de trabajo, incluyendo el análisis de la conversación, el análisis del discurso y los métodos más tradicionalmente sociolingüísticos.
Análisis de la conversación
El análisis de la conversación se basa en datos que incluyen instancias grabadas del habla en la interacción. Este campo, desarrollado por Sacks, Schegloff y Jefferson (1974), está interesado en determinar las reglas sociales -que a menudo ocurren por debajo del nivel de conciencia- que estructuran la organización del habla (Goodwin y Heritage 1990). Este método analítico implica el examen de rasgos como las pausas, los solapamientos, los huecos, las secuencias de turnos, los silencios y la estructura de las preguntas, entre otros rasgos del discurso. Es un "método para documentar y explicar cómo los individuos producen orden en la conversación" (Miller 1995, 146). Drew y Heritage (1992), en uno de los primeros volúmenes editados que se centran en el habla en el trabajo, utilizan específicamente métodos lingüísticos de análisis de la conversación para examinar una serie de contextos laborales, como entrevistas de trabajo, reportajes de noticias y llamadas al 911, distinguiendo entre el habla institucional y el habla ordinaria. Definen el habla institucional como aquella que se organiza en torno a la realización de una tarea o un objetivo y que está conformada o guionizada por normas institucionales de toma de turnos o prácticas de retención de emociones (1992). Drew y Heritage hacen hincapié en el contexto sociocultural del habla, argumentando que las identidades institucionales y profesionales desempeñan un papel en las decisiones lingüísticas tomadas en estas conversaciones de trabajo (1992). El estudio del comportamiento natural es una parte importante del trabajo de campo antropológico, y el análisis de la conversación-interacción puede revelar información importante que los métodos de investigación tradicionales pueden pasar por alto (Miller 1995). Miller demuestra cómo el análisis de las interacciones entre compañeros de trabajo japoneses y estadounidenses, por ejemplo, arroja luz sobre las raíces de los malentendidos en las conversaciones interculturales. Los métodos de investigación tradicionales, como las entrevistas o las encuestas, que examinan la comunicación intercultural en Japón se han basado en un enfoque reduccionista que vincula los malentendidos a la diferencia cultural, creando listas opuestas de rasgos culturales que animan a los analistas a centrarse en los momentos de oposición en lugar de en prácticas como la creación de compenetración y la cooperación (Miller 1995). Este estudio de la conversación natural muestra que los problemas de comunicación no pueden atribuirse a las diferencias culturales, sino que son específicos del contexto social y del tema de la propia interacción. Mientras que los métodos de análisis conversacional se centran en la dinámica interna de instancias específicas del habla, no siempre pueden conectar directamente la organización de las normas conversacionales con las estructuras hegemónicas de raza, clase o género o las formas en que estas construcciones influyen en el habla o en las percepciones del habla. Kitzinger señala que existe una tensión en el análisis del género, por ejemplo, porque el análisis de la conversación tiende a centrarse en los factores internos emergentes de la conversación más que en los constructos teóricos que pueden influir en esta estructura, como el "trabajo de la emoción", la "empatía" (Kitzinger 2000, 3).
En este caso, los métodos de análisis crítico del discurso son útiles para comprender cómo las condiciones sistémicas y las desigualdades se relacionan con las interacciones. Nos permiten conectar las reglas locales de la conversación con el posicionamiento de los hablantes en relación con los sistemas de poder y otras limitaciones sociales.
Análisis del discurso
Los métodos de análisis del discurso de la conversación cotidiana en el trabajo ofrecen un importante enfoque a nivel de discurso para ver la negociación de las tareas y las relaciones de poder en la interacción. Estos enfoques examinan los temas del discurso dentro de las conversaciones, así como los patrones que indexan ciertas posiciones de poder entre los interlocutores, como la aparición de coberturas, la postura y el papel del hablante, el tono, el significado y los atributos y características de los participantes en la conversación (Negron 2007). La postura o el compromiso de los interlocutores, por ejemplo, puede revelar cómo se distribuye la responsabilidad en una cadena de trabajo.
El cambio de roles de los participantes puede poner de manifiesto cómo se excluye a las mujeres, de forma sutil pero sistemática, de la toma de decisiones en el trabajo.
Rolston utiliza métodos de análisis del discurso para mostrar cómo la identidad de género y el estatus son emergentes en la interacción entre los trabajadores de las minas de carbón de Wyoming, reflexionando sobre las formas en que la toma de postura permite a los hablantes situarse como "tipos particulares de personas". Parte de la literatura escribe en contra de las categorías de diferencia cultural como tipología de análisis, pues consideran que observar el lenguaje en acción muestra decididamente que las tipologías estáticas de feminidades y masculinidades que se encuentran en los relatos de la industria minera oscurecen la complejidad y creatividad reales con las que las personas dan sentido a sus propias vidas e interpretan las prácticas cotidianas de sus asociados. Además del análisis del discurso que se produce de forma natural, un cuerpo de literatura relacionado con el lenguaje en el lugar de trabajo utiliza el enfoque analítico del análisis crítico del discurso para examinar las asimetrías de poder en áreas de la política, el derecho y la educación (pondere más sobre todos estos aspectos en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades). Fairclough (2000), en un conocido estudio sobre la reforma de la asistencia social en Gran Bretaña, examina los documentos gubernamentales en busca de casos de recontexualización y encuadre del discurso, y descubre las formas en que las ideas sobre el trabajo se recontextualizan en una nueva lógica de lo que significa tener un trabajo.
El análisis de la conversación y el análisis del discurso no deben entenderse como meros enfoques micro o macro, respectivamente.
Son, de hecho, perspectivas metodológicas interrelacionadas, y muchos antropólogos lingüísticos del trabajo utilizan ambas.
Carr y Lempert (2016) observan nuestra tendencia académica a "ontologizar las perspectivas escalares...
Como si la vida social simplemente se desarrollara en situaciones más o menos íntimas, próximas, locales, fundamentadas o contenidas" (8).
Considerar las perspectivas analíticas en el análisis lingüístico antropológico sólo como micro o macro puede limitar lo que podemos ver en nuestros datos e influir en la forma en que desarrollamos el conocimiento sobre los mismos. Por ejemplo, puede ser difícil explicar por qué surge un patrón de habla concreto en un contexto institucional local si no podemos verlo en relación con las estructuras sistémicas del capitalismo global o la división sexual del trabajo.
A la inversa, como demuestran Miller en sus estudios sobre las interacciones de los trabajadores japoneses y estadounidenses (1995) y Cameron en sus estudios sobre la identidad y el género (1995), si nos basamos demasiado en categorías sistémicas, como las de la diferencia cultural o de género, podemos oscurecer los contextos situacionales o moldear lo que vemos en los propios datos interaccionales.
Métodos sociolingüísticos
El uso de métodos lingüísticos tradicionales, como la entrevista sociolingüística, también puede revelar formas importantes en las que los rasgos fonológicos sutiles del habla pueden convertirse en recursos en la construcción de la identidad. Una entrevista sociolingüística es "un acto de habla controlado diseñado para obtener una amplia gama de estilos contextuales de un hablante individual. Durante el análisis, una variable lingüística (o variables) se cuantifica a través de estos estilos contextuales para llegar a un rango de la producción de ese hablante" (Becker 2013, 92). Zhang (2005) utiliza este método, entre otros métodos etnográficos, para examinar la variación en el habla de los trabajadores de empresas globales en Pekín, China. Zhang descubre que las identidades autodescritas por los trabajadores como qiaolang (o puente) entre Pekín y el mundo empresarial global más amplio se significan a través del uso de recursos lingüísticos de contextos tanto globales como locales. Estas identidades de "pertenencia flexible" se representan e interpretan en la conversación, como gran parte del lenguaje, por debajo del nivel de conciencia (2005, 459). Estas exploraciones del habla natural en el trabajo demuestran cómo el estudio y la observación de las interacciones pueden revelar patrones que ocurren por debajo de nuestro nivel de conciencia. De este modo, los métodos de la antropología lingüística pueden arrojar luz sobre las formas en que surgen las desigualdades a gran escala en la conversación cotidiana. Datos verificados por: Brooks
Socialización Primaria en Sociología
Tema: home-sociologia. El proceso por el cual los niños aprenden las normas culturales de la sociedad en la que nacen. La socialización primaria ocurre en gran parte en la familia. Revisor: Lawrence
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Recursos
A continuación, ofrecemos algunos recursos de esta revista de derecho empresarial que pueden interesar, en el marco de las relaciones laborales o de trabajo y del derecho social, sobre el tema de este artículo.
Notas y Referencias
Véase También
trabajo, antropología lingüística, lenguaje, etnografía, discursos, comunicación